Germán Cáceres fue capturado ayer en Colombia, donde se barajaba que estaba desde que huyó del país tras cometer el atroz crimen de María Belén Bernal el 11 de septiembre. Estaba con short, playera oscura, barba, bigote y con una gorra negra para ocultar su rostro. Estaba en la playa de Palomino, al norte de la nación vecina. El exteniente llegó hasta allá luego de rendir su versión en Fiscalía y ejecutó una estrategia para no ser encontrado, pues era uno de los más buscados del Ecuador y tenía una alerta roja en la Interpol. Sin embargo, en su macabro plan descuidó dos aspectos que lo delataron y permitieron su localización.
Su estrategia
El lunes 12 de septiembre, un día después del femicidio de Bernal, Cáceres se presentó a rendir su versión de los hechos en la Fiscalía. En ella explicó que había discutido con la abogada por sus supuestos celos. Incluso, acudió con miembros de la Policía Nacional a recorrer el sitio donde había visto a su esposa por última vez. Agentes a cargo del caso notaron contradicciones en su declaración e informaron a las autoridades.
Al día siguiente, Cáceres dio una declaración extendida, mientras se realizaban diligencias en la escuela de policía. Aunque estuvo más de ocho horas en la Fiscalía, no se encontró suficiente evidencia para levantar cargos en su contra, por lo que lo dejaron libre. Ello permitió que escapara de Quito durante la madrugada del 14 de septiembre.
Ese mismo día cruzó la frontera colombiana en su moto y alcanzó la localidad de Pereira, en donde compró un seguro vehicular y se le perdió el rastro. También habría estado Medellín. Pero recién el jueves 15 de septiembre se emitió una orden de arresto en su contra, cuando el caso ya era público.
Según Fausto Salinas, comandante general de la Policía Nacional, las unidades de inteligencia nunca dejaron de buscarlo y un grupo ha permaneció en Colombia durante estos tres meses tras su pista. En su momento dijo que tenían más información sobre la huida de Cáceres pero que no podía compartirla debido a la investigación. El bloque de búsqueda siguió una pista hacia Palomino, a donde llegó presuntamente desde Medellín, siguió hasta el Departamento de Magdalena y por último al departamento de La Guajira.
Ya desde mucho antes de su captura se especulaba que Cáceres había cambiado su aspecto físico para no ser identificado: se dejó crecer la barba, estaba bronceado y ganó algo de peso. Así evidentemente lo hizo porque estaba diferente pero no imposible de reconocer. Algo que también el creía que le serviría es esconderse en un, barrio peligroso, según Salinas de Palomino.
Descuidó dos detalles
En Palomino se comenzó a difundir una fotografía de Cáceres el día de su captura. En ella aparece este sujeto trabajando en un bar de la zona costera, perteneciente al Municipio de Dibulla, con playas y que limita con el mar Caribe. Aunque intentó cambiar su aspecto físico para no ser localizado, esa imagen posibilitó la captura.
De acuerdo con Salinas, cuando un equipo de inteligencia recibió la alerta de que en Palomino había un bartender con las mismas características que Cáceres comenzó operación que se encargó de obtener más fotografías, las cuales fueron comparadas con la imagen del prófugo.
Su acento lo terminó de hundir
Pero resulta que esa alerta se dio porque alguien notó que su acento era extraño; sospechaban que su forma de hablar no era de Colombia. Cuando le daban propinas como bartender él respondía: “Gracias, ñaño” con un léxico que no es de ese país. Además, tenía documentación falsa.
Una vez que constataron que se trataba de la misma persona, las autoridades de ambos países activaron un operativo que terminó con la captura de Cáceres cerca de las siete de la noche.
“Él se encontraba en un área rural y de mucha peligrosidad”, dijo Salinas, ambiente propicio para que se camufle un fujitivo. Un local dijo que Cáceres no tenía mucho tiempo que había trabajado en ese lugar de venta de licores.
Tras esposarlo, se compararon sus huellas digitales y se le leyeron sus derechos, así como la alerta de difusión roja de Interpol para su búsqueda y captura.
Se espera que hoy llegue Cáceres al país donde recibirá todo el peso de la Ley, de acuerdo con la advertencia del Presidente Guillermo Lasso.
Habla la madre de María Belén
Elizabeth Otavalo, madre de María Belén Bernal, se pronunció en una entrevista para Radio Pichincha. Comentó que tiene temor por la “transparencia” en el proceso de traslado de Cáceres a Ecuador. “He conversado con las personas que están allá en Colombia, los representantes de la Fiscalía que llevan el caso de mi hija. No porque me interese la vida del señor, esto es porque se haga justicia por María Belén y por esas 272 mujeres que han sido asesinadas”, enfatizó.
Otavalo manifestó que cree que es muy probable que las autoridades policiales ya sabían dónde se encontraba Germán Cáceres, debido a que el jueves se había reunido con el Comandante General de la Policía, Fausto Salinas, y él le indicó que “algo iba a pasar”, por lo que presume que ya tenían indicios de su paradero. “Quiero extender un agradecimiento profundo, pero a la Policía de Colombia, porque ellos lo capturaron”, comentó.