La Fiscalía General del Estado ha solicitado ante un juez que no se derribe el edificio de la Escuela Superior de Policía donde presuntamente ocurrió el asesinato de la abogada María Belén Bernal, cuyo principal sospechoso de la muerte es su esposo, un teniente ahora prófugo.
El Juez de la Unidad de Violencia contra la Mujer, de Casa de Justicia Carcelén, dio paso a la orden especial de medida cautelar solicitada por la Fiscalía para preservar el lugar de los hechos.
La demolición del edificio fue anunciada el lunes por el Gobierno durante una ceremonia en la que se clausuró simbólicamente ese espacio, y donde aclararon que el derribo se produciría después de que se realizasen todas las diligencias necesarias para la investigación.
El caso de María Belén Bernal ha indignado y conmovido a todo el país y se ha vuelto uno de los emblemas de la violencia contra la mujer al haberse producido dentro de una instalación policial, lo que ha llevado a la madre de la víctima, Elizabeth Otavalo, a calificarlo incluso de “crimen de Estado”.
Los hechos ocurrieron se remontan al 11 de septiembre, cuando Bernal acudió a la Escuela Superior de Policía a visitar a su esposo Germán Cáceres, que ejercía de instructor en ese centro formativo de policías, ubicado al norte de Quito.
Desde ese momento desapareció hasta que su cuerpo fue hallado diez días más tarde en un cerro cercano a la Escuela de Policía con señales de estrangulamiento, de acuerdo a lo informado por la Policía a partir de la autopsia.
Mientras, Cáceres, principal sospechoso del crimen, sigue prófugo y en paradero desconocido después de que rindiera una primera declaración ante la Fiscalía en los primeros días de la desaparición, sin que en ese momento se formulasen cargos contra él.
El Gobierno ha incluido a Cáceres dentro de la lista de las diez personas más buscadas del país e incluso ha ofrecido una recompensa de hasta 20.000 dólares a quien facilite su captura. EFE