El ministro de Gobierno de Ecuador, Francisco Jiménez, se mostró este domingo “convencido” de que no prosperará en la Asamblea Nacional el pedido de destitución contra el mandatario, Guillermo Lasso, planteado por los legisladores del correísmo.
“Estoy convencido de que no va a pasar”, dijo en una entrevista con Efe, al considerar que la petición no encontrará apoyo tampoco en algunas bancadas opositoras.
El Parlamento inició el sábado una sesión para resolver la destitución de Lasso, planteada por 47 asambleístas del movimiento correísta Unión por la Esperanza (Unes), en momentos en que el país llevaba doce días de protestas convocadas por la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), contra el alto costo de la vida.
Unes invocó el numeral 2 del artículo 130 de la Constitución, sobre la posibilidad de destitución en caso de “grave crisis política y conmoción interna”.
Cuando termine el debate -que continúa este domingo- el legislativo tiene 72 horas para someterlo a votación.
Jiménez destacó que en la Asamblea el opositor Partido Social Cristiano ha demostrado “ser unos institucionalistas”, y también la Izquierda Democrática “que se han mantenido firmes en la defensa de la democracia”, así como algunos asambleístas del movimiento indigenista Packakutik, brazo político de la Conaie.
“Ellos saben que esta pelea no es por el Gobierno. Muchos de ellos nos critican muy duro”, indicó al subrayar que “esta pelea es por la democracia”.
¿GOLPE DE ESTADO?
Lasso, que se ha mostrado abierto al diálogo para tratar las exigencias de los indígenas, denunció también un intento de golpe de Estado.
“No se explica de otra forma que haya habido primero una serie de convulsiones sociales forzadas, prefabricadas”, que pretendían crear las condiciones para “generar después otro movimiento dentro de la Asamblea”, dijo Jiménez.
“Esos golpistas que se encuentran acantonados en la organización Unes van a fracasar porque no les ha salido la jugada ni en la calle ni en la Asamblea, y no les va a salir”, subrayó.
Y añadió: “Sabemos que tenemos que jugar con las reglas, a veces sucias que nos plantean algunas personas que solamente quieren el caos en el país, pero mientras ellos actúen de esa forma, que puede llegar a ser un poco baja, nosotros nos vamos a mantener dentro del marco de la institucionalidad”.
PRIMERA REUNIÓN “ESPERANZADORA”
El sábado se dio un primer acercamiento entre representantes del Gobierno y el presidente de la Conaie, Leonidas Iza, en el que se planteó la posibilidad de conformar una mesa técnica para iniciar el proceso de diálogo y analizar las peticiones de los manifestantes.
Aunque Iza ha aclarado que el diálogo no ha comenzado pues debe consultar las acciones con las bases, Jiménez vio en la cita “una buena muestra de que estaba abierto a empezar un proceso que él (Iza) llama de preconversaciones”.
“Fue una reunión esperanzadora, que permite avizorar otros escenarios”, dijo el ministro, y reveló que en la cita le comentó a Iza que las organizaciones indígenas “abren las puertas para las manifestaciones, pero no controlan quién pasa por ahí”.
“Aquí (en las manifestaciones) hay vándalos, criminales, gente de organizaciones políticas que sólo están buscando el caos para el país, y a esos les decimos que les vamos a aplicar todo el rigor de la ley”, agregó antes de apuntar que “distinguir en una manifestación quiénes son los unos y quiénes los otros, no es tan sencillo”.
Pero “lo peor ya pasó, ya trataron de darnos el primer golpe y no les funcionó, (los infiltrados) hicieron su mayor esfuerzo para tratar de poner al Gobierno contra las cuerdas, supimos resistir”, dijo.
En las protestas, que se han caracterizado por el corte de vías, ha habido actos violentos como la quema de un cuartel policial o el ataque a un convoy militar.
SITUACIÓN “BASTANTE ESTABLE”
Mientras se espera una nueva reunión entre indígenas y Gobierno, el Ejecutivo mantiene contactos con otros actores sociales porque los problemas del país “no pueden esperar”, dijo al insistir en que están abiertos al diálogo con todos los sectores pero “sin condicionamientos” pues “un Gobierno democrático jamás puede ser rehén de alguien, ni siquiera de organizaciones políticas que pueden defender causas justas”.
Con una considerable bajada de manifestaciones este fin de semana, que ha derivado en la derogación del estado de excepción, Jiménez ve la situación “bastante más estable”.
“No se podría decir que ha concluido, pero el número de eventos (bloqueos, cierres, manifestaciones) es significativamente inferior”, señaló, sobre un descenso de 700 eventos diarios a 150.
Asimismo, calculó que se mantienen concentrados unos 4.500 manifestantes en Quito, de los alrededor de 20.000 que llegaron, y estimó que en la mayor parte del país están habilitados canales para el abastecimiento, aunque aún hay problemas en el sur.