Hace un par de meses, los medios locales del estado de Connecticut informaron sobre un incidente en torno pequeño niño de tan solo 6 años luego de haberse prendido en fuego, el caso impactó a la comunidad tanto como dio vueltas por las redes y rápidamente se determinó que el principal sospechoso era otro niño, vecino de la víctima.
La justicia ha hecho todo lo posible por llegar al fondo del sórdido asunto, pues se hablaba de un caso extremo de bullying, por suerte, el lugar donde ocurrió el hecho tenía cámaras de seguridad y desde entonces se han estado revisando muy de cerca los videos, el los cuales no se ve el momento exacto cuando comienza el fuego.
Las declaraciones de Stefano Giacobbe ante las acusaciones de haberle prendido fuego a Dominick Krankall
En el video publicado inicialmente por las autoridades, se puede ver a los dos chicos jugando con una pelota de fútbol y una lata de gasolina en el patio de la propiedad donde ambos vivían, en un momento se salen de la vista de la cámara y luego se puede ver a Dominick otra vez en cámara con el cabello y la cara en llamas.
Recientemente, un periodista del medio DailyMail.com tuvo la oportunidad de hablar con el chico acusado del crimen, quien recordó como durante las últimas semanas ha vivido un fuerte rechazo por parte de otros menores al querer jugar con ellos y eventualmente rompió a llorar.
“Me dijeron que me aleje de la casa y no me prenda fuego a mi mismo”, recalcó el niño justo antes de tener que taparse la cara y no seguir hablando. Por otro lado, su madre intervino para denunciar el infierno por el que han hecho pasar a su hijo luego del incidente.
Las dos caras del trágico suceso en Connecticut
Mientras Laura Giacobbe afirma que su hijo “Perdió amigos que estaban muy cerca de él. Y los amaba como a su propio hermano” por la forma en la que los medios han llevado el caso a las masas, la familia de la víctima se mudó casi de inmediato a un nuevo hogar.
Esto lo consiguieron con la ayuda de una campaña de GoFundMe, mientras que el pequeño Dominick se recupera luego de sus quemaduras de segundo y tercer grado.
