“Señor, por favor, tenga piedad” gritaba un presunto delincuente que fue interceptado por un profesor de Jiu-jitsu brasileño al norte de Quito. Supuestamente el antisocial venía cometiendo el delito de robo en la urbe.
En un video, grabado por uno de los testigos, se aprecia cómo el hombre le aplica al victimario una llave conocida como Kuzure kesa gatame, similar a una kimura. La técnica permite inmovilizar a su rival ejerciendo control sobre el costado.
Además, el profesor de esta disciplina deportiva ejerce presión sobre el cuello del ladrón. Este último suplica clemencia y argumenta nunca haber robado en su vida; los testigos piden que le rompan el brazo izquierdo.
Usuarios tacharon de “final feliz” lo ocurrido al norte de la capital. No obstante, cuestionaron que se saque el rostro del profesor ya que podría acarrear problemas para el especialista en un futuro.
Justicia por mano propia
No es el primer caso donde ciudadanos optan por hacer justicia por mano propia. Tres semanas atrás, con al colaboración de conductores, permitieron atrapar a un delincuente que robaba a bordo de una moto.
En Cotocollao múltiples usuarios comenzaron a golpearlo en el suelo, incluso usaron el casco del delincuente para ajusticiarlo.
El delito de robo está tipificado en el artículo 189 del COIP: “la persona que con amenazas o violencia sustraiga o se apodere de cosa mueble ajena”; segundo inciso: “cuando el robo se produce únicamente con fuerza en las cosas, será sancionado con pena privativa de libertad de tres a cinco años”.