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Niña de 9 años que sobrevivió a la matanza en Texas da su testimonio

Un mascare en Texas ha alertado a las autoridades estadounidenses sobre el uso de armas en partes de su territorio. 21 personas murieron, 19 de ellos niños y dos maestras.

El asesinato se dio cuando un adolescente de 18 años irrumpió en la primaria Robb con una pistola en mano y un rifle AR-15. Él se atrinchero en un salón de clases y comenzó a disparar.

Una de las infantes que sobrevivió a la matanza relató cómo vivió este hecho. “Teníamos una puerta en el medio. Y él (atacante) la abrió y luego entró, se agachó y un poco y dijo: ‘es hora de morir’”.

“Cuando disparó sonó muy fuerte y lastimó mi oído. Cuando vi las balas en el suelo, supe que era real. Cuando escuché los disparos a través de la puerta le dije a mi amigo que se escondiera debajo de algo para que él no nos encontrara”.

“Me estaba escondiendo y le dije a mi amigo que no hablara porque nos iba a oír. Los policías dijeron digan ‘ayuda’ si necesitan ayuda. Una persona en mi clase dijo ‘ayuda’, el hombre alcanzó a escucharla, entró y le disparó”.

“Luego los policías irrumpieron en ese salón de clases y el hombre les disparó a los policías, y los policías solo empezaron a dispararle. Yo solo abrí la cortina y saqué la mano y salí con mi amigo porque sabía que era la policía cuando vi la armadura y el escudo”.

“Me gustaría decir que espero que todos los niños y padres estén seguros”, concluyó el relato de la infante.

La Policía de Texas (EE.UU.) admitió este viernes que fue un error no entrar antes y por la fuerza al aula en que se encontraba el atacante de la escuela en que murieron 19 niños y dos maestras el pasado martes, a la que los agentes tardaron en torno a una hora en acceder.

En una rueda de prensa, el director del Departamento de Seguridad Pública de Texas, Steven McCraw, reconoció que no derribar la puerta y esperar a que llegase el conserje con la llave fue una “decisión incorrecta” y culpó de ella al máximo responsable policial que en ese momento se encontraba en el colegio.

Según contó McCraw, después de haber oído múltiples disparos en el aula y que estos ya solo se dirigieran a la puerta cuando los agentes trataban de acceder, el citado jefe interpretó que ya no quedaba nadie con vida dentro salvo el agresor.

Esta interpretación le llevó a decidir cambiar el protocolo de “atacante activo” a “sospechoso atrincherado”, por lo que en lugar de derribar la puerta y entrar a la fuerza exponiendo a sus agentes a los disparos del agresor, optó por esperar a que llegase la llave y los refuerzos con el equipamiento adecuado.

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