Un perrito que era maltratado por su anterior dueño murió hace unos meses porque no lo alimentaban, ni le prestaban las atenciones y cuidados correspondientes. El hombre fuer ahora sancionado administrativamente con una multa de USD 2.125 y 100 horas de trabajo comunitario.
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Esta es la máxima sanción tipificada en la Ordenanza de Bienestar Animal impulsada por los grupos animalistas, que aprobamos en el Concejo Cantonal y por la que hoy tenemos este precedente en Manta.
El caso ocurrió meses y las víctimas son Halston y Nena, perritos que fueron rescatados de una vivienda debido a que sus dueños no los alimentaban ni les prestaban los cuidados necesarios.
Nena, ahora, está bien y al cuidado del refugio Esperanza Canina.
“En esta sanción más allá del valor económico, se trata de generar conciencia y respeto a la vida”, se lee en un comunicado de la Alcaldía de Manta.
El alcalde Agustín Intriago se pronunció en su cuenta de Twitter y señaló que “tener una mascota es una gran responsabilidad. Se trata de un ser vivo, no de un juguete, ni nada menos. Y aquí en Manta protegemos y cuidamos la vida”.
Agregó que cada vez se avanza más para que Manta sea una ciudad con conciencia animalista.