Los casos de COVID-19 en niños y adolescentes del país han aumentado. De acuerdo con el Ministerio de Salud, en las primeras semanas de enero, en el rango de 0 a 9 años hubo 1.387 casos positivos. Mientras que en las dos primeras semanas del mes hubo 4.012 positivos en el grupo de entre 10 y 19 años.
Igualmente, en el informe de la Secretaría de Salud del Municipio de Quito se indica que hay un aumento de casos en niños y adolescentes, entre 10 a 19 años.
Aunque sí hay un aumento importante de casos en menores de edad, el viceministro de Salud, José Ruales, informó hace días que el grupo poblacional que representa el mayor número de casos nuevos es el de 20 a 49 años.
“Los niños no es que son más contagiosos; no se convierten en un foco de transmisión en relación al adulto. La realidad es que sí se están hospitalizando más niños y adolescentes por el virus porque se están enfermando más”, declaró a este diario la docente universitaria, pediatra y especialista en neonatología María Luisa Félix.
Ello se debe a varias razones, según la especialista. La primera de ellas es el porcentaje de vacunación en niños y adolescentes que alcanzó a 53,69% y 71,16%, respectivamente, de acuerdo con cifras oficiales. Por ende, este grupo está más vulnerable a enfermarse porque no están totalmente vacunados, no cuentan con una tercera dosis o ni siquiera están inoculados contra e virus.
Otro aspecto de los aumentos es que los padres y los niños mayores de 11, y adolescentes de entre 15 y 21 años “le han perdido el miedo al virus (...) ellos lo ven como algo común y no mortal”, dice Félix. Agrega que asisten a reuniones sociales y no utilizan mascarilla.
Si bien la pediatra coincide con que el grupo que representa el mayor número de casos nuevos es de 20 a 49 años, resaltó que en niños y adolescentes de 15 a 19 años tienen un índice de contagio similar al del adulto mayor.
“Es una situación inmanejable porque no están cumpliendo con las normas de bioseguridad ni porque le digan en la casa o la escuela. Es la principal razón por la cual se están enfermando mucho de coronavirus los niños y adolescentes. Significa que a mayor número de enfermos, mayor número que requieran hospitalización”, aportó Félix.
Destaca que puede haber casos de niños menores de dos años en que los padres sí cuidan mucho más de ellos ya que no pueden utilizar mascarilla.
Por su lado, el médico intensivista, Alberto Campodónico, aporta que los niños y adolescentes que están en hospitalizaciones son no vacunados y los menores de 5 años en su mayoría son neonatos de madres que no han sido inoculadas contra el coronavirus.
Síntomas y secuelas del COVID-19 en niños
La doctora Félix explica que los síntomas de coronavirus en los niños son menos específicos. “Pueden presentar síntomas neurológicos, cardiovasculares, dermatológicos, respiratorios. Se presentan síntomas muy diversos; una diarra, sarpullido o simple resfrío por ejemplo, puede ser COVID-19. Cualquier síntoma de enfermedad dentro de la pandemia puede ser coronavirus”, advirtió.
¿A qué se debe?
A la inmadurez de los órganos de los niños. Cuando son afectados por el coronavirus registran sintomatología menos específica.
Campodónico agrega que los niños y adolescentes presentan síntomas como dolor en el cuerpo, de cabeza, en los párpados, vómitos, congestión nasal y dolor en la garganta. “A los niños no les da esta pérdida del olfato y perdida del gusto”, indicó.
Por otro lado, Félix destacó que en los niños y adolescentes no se presentan tantas secuelas como en los adultos pero sí las pueden haber y estas son: neurológicas, respiratorias, cardíacas, y hasta el síndrome llamado ‘COVID largo’ el cual se trata de una fatiga extenuante, “que puede durar el resto de la vida. Este se lo considera cuando los síntomas están más de seis meses”.
Recomendación
La doctora Félix destaca que diversos estudios han demostrado que el porcentaje de contagio a nivel de las escuelas es del 0.5%, mientras que el contagio en reuniones sociales es mucho más alto. “El ambiente escolar es mucho más seguro ya que allí se aplican procesos y normas de bioseguridad y los niños están obligados a cumplir con ello. Por tanto, los padres no deben temer a las escuelas”, sugirió.
Hay padres que prefieren no enviar a sus hijos a las escuelas por miedo al contagio, pero sí llevan a sus niños a reuniones sociales en las ue no utilizan mascarilla. Una medida poco coherente.
La doctora recomienda entonces acelerar el índice de vacunación en niños y adolescentes. “Los padres deben entonces vacunarlos porque lo están exponiendo al virus”, cerró.
El Ministerio de Salud informó la semana pasada que en febrero se vacunará a niños y niñas de 3 a 4 años.