La llegada de la variante Ómicron, de nueva cuenta, ha dado un giro en la forma en la que la humanidad enfrenta al coronavirus, el cual ha mantenido en jaque a muchos países durante los últimos dos años.
La cepa, que se identificó por primera vez en Sudáfrica, ha mostrado tener la capacidad de propagarse con más velocidad, aunque los especialistas coinciden en que tiene un menor nivel de letalidad que sus antecesores, como Delta.
Resfriado, gripe o COVID-19
Sin embargo, las personas deben tener cuidado de no confundir un resfriado con gripe o COVID-19.
En estas fechas invernales, muchos individuos suelen enfermarse, debido a las bajas temperaturas y los cambios de clima.
Por eso, si se sufre un dolor de garganta, secreción nasal, fatiga o dolores musculares es necesario poner atención y darle seguimiento.
Las enfermedades suelen compartir algunos síntomas, lo que hace más difícil distinguirlas entre ellas.
En el caso específico de las personas inmunizadas, los datos recientes aseguran que la variante Ómicron puede ser menos grave, de acuerdo al epidemiólogo y exdirector ejecutivo del Departamento de Salud, Abdul El-Sayed.
Hacer una prueba, si se tiene dudas
No cabe duda que muchas infecciones de coronavirus pueden asemejarse a un resfriado o gripe. La mejor manera de saber es una prueba, de acuerdo a la Dra. Sarah Ash Combs, médico de cabecera del Hospital Nacional Infantil.
Comparten síntomas
Y es que, tanto el coronavirus como la gripe suelen provocar síntomas como fiebre, fatiga, dolores corporales, dolor de garganta, dificultar para respirar, vómitos o diarrea, de acuerdo a los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
Lo importante es distinguir al COVID-19 por el dolor de cabeza y la tos seca, que suelen acompañar al enfermo. La pérdida del gusto y el olfato siguen siendo síntomas, aunque con Ómicron son menos frecuentes que con otras variantes, de acuerdo a los especialistas.