La reina Isabel II decidió no pasar la Navidad en la finca real de Sandringham en el este de Inglaterra en medio de preocupaciones sobre la variante ómicron de rápida propagación.
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El palacio dijo el lunes que la mocarca de 95 años pasará las vacaciones en el Castillo de Windsor, al oeste de Londres, donde ha permanecido la mayor parte de la pandemia.
Se espera que otros miembros de la familia real la visiten durante el período navideño, con las debidas precauciones contra la propagación del virus.
Las infecciones de coronavirus están en aumento en Gran Bretaña, donde subieron 60% en una semana. Ómicron reemplazó a delta como la variante dominante, y el primer ministro Boris Johnson ha dicho que es posible que se deban introducir nuevas restricciones para frenar su propagación. Su ministro de Sanidad se ha negado a descartar la imposición de nuevas medidas antes de Navidad.
Durante años, los miembros de la familia real británica han pasado las vacaciones de fin de año en Sandringham, donde las multitudes se reúnen para verlos asistir a la iglesia local el día de Navidad.
La reina ha reducido sus viajes y trabajo desde que pasó una noche en el hospital en octubre y sus médicos le dijeron que descansara. Desde entonces, ha realizado tareas ligeras que incluyen audiencias virtuales con diplomáticos y conversaciones semanales con el primer ministro.
Esta es la primera Navidad de la reina desde la muerte del príncipe Felipe, quien fue su esposo durante 73 años, el pasado abril a los 99. La pareja real pasó su última Navidad en Windsor el año pasad
