La elección recurrente de un color específico al vestir puede descubrir mucho acerca de nuestra personalidad y estado emocional.
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La psicología del color ha evidenciado que los colores que escogemos pueden influir considerablemente en nuestras emociones y en cómo nos perciben los demás.
¿Por qué usualmente escogemos el mismo color de ropa?
Optar por un color en particular no solo revela características internas de nuestra personalidad, sino que igualmente afecta la manera en que los demás nos ven.
Por ejemplo, usar ropa de color negro podría transmitir una impresión de poder y elegancia, en tanto que seleccionar tonalidades más intensas como el rojo podría vincularse con una naturaleza extrovertida y apasionada.
La relación entre el color de la ropa que usamos y nuestra identidad nos ofrece la posibilidad de emplear el color como un medio para manifestarnos y para impactar de manera favorable en nuestras interacciones sociales.
Al optar por frecuentemente vestir un solo color, las personas pueden estar fortaleciendo su identidad y comunicando claramente aspectos de su personalidad. Desde creativos hasta ejecutivos, numerosos individuos emplean su estilo de vestir como una forma de “marca personal”, demostrando confianza y consistencia.
De la misma manera, llevar una vestimenta característica puede crear una impresión de firmeza tanto para la persona que la viste como para los que están a su alrededor.
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El emparejamiento de los colores de la vestimenta con aspectos como la higiene personal, el estilo del cabello y la expresión del rostro puede proporcionar indicios sobre el estado emocional de una persona. Es importante considerar todos estos factores para entender en mayor profundidad el mensaje que alguien está comunicando a través de su forma de vestir.
En otras palabras, nuestras decisiones sobre el color de las prendas que usamos trascienden el mero seguimiento de una moda o gusto personal, dado que representan una manifestación individual que puede desvelar bastante acerca de nuestra identidad y estado emocional. Mediante el uso del color, tenemos la capacidad de transmitir rasgos de nuestra personalidad, afectar la manera en que los demás nos perciben y establecer una imagen.