La Navidad es una época de celebración y unión familiar muy especial en el mundo entero. Muchas personas aprovechan este período para realizar rituales que atraigan abundancia y prosperidad para el año que entra. Entre estas tradiciones, destaca el ritual de los siete granos, que se ha vuelto popular en diversas culturas latinoamericanas para que la riqueza y el bienestar llegue.
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El ritual de los siete granos se basa en la creencia de que ciertos alimentos poseen propiedades mágicas capaces de influir positivamente en la vida de cada persona.
Este rito se realiza generalmente en la noche del 31 de diciembre, justo antes de la llegada del Año Nuevo, momento en que se cree que las energías están aptas para un cambio.
¿Qué se necesita para el ritual de los siete granos?
Para llevar a cabo este ritual, se necesitan siete tipos diferentes de granos, cada uno con su propio significado simbólico. Los granos más comúnmente utilizados son:Arroz (abundancia)
- Lentejas (salud)
- Frijoles o porotos (estabilidad)
- Semillas de girasol (prosperidad)
- Garbanzos (fortaleza)
- Mijo (vitalidad)
- Trigo (crecimiento).
Sin embargo, la elección de los granos puede variar según las tradiciones locales o preferencias personales.
- Arroz (abundancia)
- Lentejas (salud)
- Frijoles o porotos (estabilidad)
- Semillas de girasol (prosperidad)
- Garbanzos (fortaleza)
- Mijo (vitalidad)
- Trigo (crecimiento).
Sin embargo, la elección de los granos puede variar según las tradiciones locales o preferencias personales.
¿Cómo hacer el ritual de los siete granos?
Se toma un puñado (con cantidades iguales) de cada tipo de grano y se coloca en un recipiente, preferiblemente de vidrio o cerámica y además, se debe poner laurel, monedas o billetes, ya que potencian la intención de atraer la riqueza.
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Mientras se añade cada grano, es importante visualizar y expresar en voz alta el deseo específico asociado a ese alimento. Por ejemplo, al agregar el arroz, se puede decir: “Que este año esté lleno de abundancia en todos los aspectos de mi vida”.
Una vez reunidos los siete granos, se mezclan suavemente con la mano derecha, considerada la mano de la acción y la manifestación. Durante este proceso, se recomienda mantener una actitud positiva y de gratitud, imaginando vívidamente cómo sería la vida con todos esos deseos cumplidos.
El recipiente con los granos se coloca en un lugar visible de la casa, como la mesa del comedor o un altar especial, donde permanecerá incluso hasta que el reloj marque las 12:00 a. m. Algunas personas optan por dejar el recipiente en ese lugar durante los primeros días del año nuevo, como recordatorio constante de sus intenciones.
Después de la medianoche, hay quienes eligen guardar los granos en pequeñas bolsitas de tela que llevan ellos como amuletos de la suerte. Otros prefieren plantarlos en una maceta o en el jardín, simbolizando el crecimiento y la manifestación de sus deseos a lo largo del año.