Estilo de Vida

Cusco, una ventana al pasado de la cultura ancestral

Cusco se levanta en las alturas y mantiene en su esencia la cultura y las raíces de una gran civilización.

En América del Sur permanecen los cimientos de una de las civilizaciones más fuertes de la historia, en donde la sangre de esta cultura se arraiga en las venas de su descendencia y en las páginas de los libros que nos cuentan su vida y cómo marcaron un hito en la historia humana.

Resplandeciente como brillo en los Andes peruanos está la histórica Cusco o Qosqo, una ciudad donde los Incas maximizaron toda su cultura arquitectónica, gastronómica y demás, demostrando su gran desarrollo no solo social, sino también religioso y militar. Metro Ecuador tuvo la oportunidad de visitar esta ciudad gracias a la invitación de PromPerú y descubrimos varios de estos lugares que nos transportaron fácilmente al pasado.

Llegamos al Cusco gracias al vuelo de la compañía JetSmart y desde el momento que pusimos un pie en esta ancestral tierra, sentimos algo que las palabras no pueden explicar.

Sin duda alguna, la gastronomía en esta ciudad tiene un toque especial y quienes la preparan no solo siguen los pasos de la civilización antigua de los Incas, sino que la conjugan con nuevas tendencias que te dan un nuevo sabor en la boca.

Uno de los ejemplos más exclusivos del lugar, a más de 3800 metros de altura sobre el nivel del mar es el restaurante Mil. La Inmersión Mundo Mil es una invitación a hacer una pausa y cambiar de ritmo, a mirar el mundo desde otra perspectiva. Disfrutar la propuesta de cocina inspirada y alineada con el entorno, además de conectar con el día a día de las comunidades campesinas que los rodean, sus costumbres y tradiciones milenarias bordeando el centro arqueológico de Moray.

Conjugan sobores de la alpaca, quinua negra, cordero, chuño, cubaya, maíz, chullpi, entre otros.

Cerca a este lugar se levantan los restos arqueológicos de Moray, a 7 km de Maras, en el Valle Sagrado de los Incas. Un conjunto de terrazas circulares. En estas terrazas se plantaban los productos de acuerdo a su climatización y así poder explotarlos de la mejor manera.

Muy cerca del sitio está Maras, un lugar singular en donde se encuentran las conocidas Salineras de Maras.

A más de 4000 metros de altura sobre el nivel del mar, las salineras se muestran enclavadas entre las grandes montañas, a forma de pequeñas piscinas en donde se extrae este producto. La Sal de Maras es una sal 100% natural con alto contenido mineral. El principal uso de la Sal de Maras es en la cocina, es ideal para la cocina en general, puede ser usada en la cocina gourmet, en la preparación de parrillas, preparaciones al horno, etc.

La belleza de la arquitectura ancestral

La arquitectura incaica y de los ancestros de esta zona es sin duda una de los grandes vestigios mas grandes que posee la humanidad.

Uno de estos sitios arqueológicos impresionantes es Saqsaywaman, un templo ceremonial Inca que se comenzó a construir durante el gobierno del Inca Pachacútec, y fue concluido por Huayna Cápac.

Lo impresionante de este lugar son las grandes rocas, cortadas con tal exactitud que se acoplan perfectamente una con otra, sin que una hoja de papel pueda entrar entre sus uniones.

La zona donde se encuentra esta construcción corresponde a la forma de la cabeza de un animal sagrado.

Sin duda alguna, este lugar invade la energía del visitante y para los creyentes o no, es fácil respirar y sentir en el cuerpo algo especial.

Solamente estar parado junto a las enormes rocas nacen muchas dudas y preguntas en la mente de cómo lo hicieron, cómo fue tan perfecto, entre otras.

Realmente es fascinante caminar por la gran extensión del lugar, cruzar los tres principales muros, “invadir” lo sagrado de su interior y recorrer los caminos que hace muchos años lo hacían aquellos Incas privilegiados por estar ahí.

Falta el aire y no solo por la gran altura en la que está, sino por lo impresionante del lugar. Uno de los planes de vida sin duda es visitar estos grandes lugares.

Cusco envuelve la magia que busca todo turista, que quiere vivir, sentir y experimentar.

Está rodeada de centros arqueológicos, llamas, vicuñas, plantas ancestrales y principalmente de su gente, que guarda esa herencia que la transporta al presente, con sus tradiciones, tejidos, costumbres, comida y demás, que convierten al lugar en una máquina del tiempo que nos transporta al pasado.

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