Detrás de la donación de óvulos, una práctica aparentemente altruista, se oculta una realidad que rara vez se discute en los medios de comunicación: la explotación silenciosa de mujeres jóvenes que, impulsadas por la necesidad económica, se ven atrapadas en lo que podría describirse como una forma moderna de “minería uterina”.
El sueño americano y la tentación de la donación de óvulos
Una joven latina que emigró a Estados Unidos en 2022 con la esperanza de construir un mejor futuro, nunca imaginó que su propio cuerpo se convertiría en un recurso financiero. Después de varios meses luchando por mantenerse a flote con un trabajo mal pagado en un restaurante, una fractura en su brazo la dejó incapacitada y con una montaña de deudas médicas. Desesperada por encontrar una solución, se topó con una posibilidad que nunca antes había considerado: la donación de óvulos.
“Supe que mis óvulos podían ser una mina de oro”, confiesa la joven, quien prefiere resguardar su identidad, y decidió investigar más sobre esta práctica que prometía una compensación de hasta US$ $15.000; sin embargo, pronto se dio cuenta de que su estatus migratorio y su origen latino la excluían de esta oportunidad.
Las mujeres como ella, jóvenes y en situaciones económicas difíciles, son el objetivo ideal de las clínicas de fertilidad en América Latina, donde el turismo reproductivo está en auge.
El comercio de óvulos en América Latina: Un mercado en expansión
En países como Colombia, el turismo reproductivo ha crecido exponencialmente en los últimos años. La mayoría de estos turistas provienen de Estados Unidos y Europa, y buscan tratamientos más económicos y menos regulados que en sus países de origen.
Pero, ¿qué implica realmente este “turismo reproductivo”? En esencia, significa que las clínicas de fertilidad en América Latina deben satisfacer la demanda de óvulos de mujeres blancas, jóvenes y saludables para ser implantados en receptoras extranjeras que desean tener hijos.
La falta de regulación deja a las donantes en una posición vulnerable, donde su bienestar y derechos a menudo quedan relegados a un segundo plano.
Riesgos y consecuencias para las donantes
Las donantes deben someterse a un riguroso proceso de selección que incluye exámenes hormonales, ecografías transvaginales y pruebas genéticas, todo con el fin de asegurar que los óvulos donados sean de la mejor calidad posible. Una vez seleccionadas, las donantes deben pasar por un tratamiento hormonal intensivo para estimular sus ovarios, seguido de un procedimiento quirúrgico para extraer los óvulos.
Las donantes más jóvenes y con características físicas deseables (como ojos claros y tez blanca) pueden recibir sumas más altas, lo que refuerza los estereotipos y la discriminación dentro del proceso de selección de donantes.
La minería uterina, una realidad silenciosa
La donación de óvulos se presenta como una oportunidad para que las mujeres jóvenes ayuden a otras a cumplir su sueño de ser madres, pero en realidad, a menudo es una forma de explotación en la que las donantes se ven atrapadas por la necesidad económica.
Al final del día, la “minería uterina” es una realidad que no puede ser ignorada. Porque ninguna mujer debería tener que sacrificar su salud y bienestar en nombre del dinero o la desesperación.