Mientras la selección ecuatoriana se prepara para enfrentar a Venezuela en la Copa América, los ecuatorianos que estamos aquí en Santa Clara, California, nos encontramos con un choque cultural que va más allá del fútbol. Las diferencias en los precios de los alimentos son un tema que ha captado nuestra atención.
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En Ecuador, estamos acostumbrados a disfrutar de frutas y verduras frescas a precios muy accesibles gracias a la rica agricultura de nuestro país. Por ejemplo, en Quito, una libra de tomate riñón cuesta alrededor de un dólar. Sin embargo, al visitar un supermercado en Santa Clara nos encontramos con que la misma libra de tomate cuesta 4 dólares.
Las sorpresas no terminan ahí. Los precios de otros productos son igualmente asombrosos. Las sandías, que en Ecuador se pueden comprar por unos $2 a $3 dólares, aquí tienen un precio de $9 dólares cada una. Cada banano, que en nuestro país cuesta unos pocos centavos, aquí cuesta un dólar. Un mango verde se vende por $4 dólares, y una piña por $5 dólares. Incluso, las manzanas están a un dólar cada una. La libra de ajo, tan popular en nuestra gastronomía y lo que más nos sorpendió, cuesta $6 dólares, la libra de papas 1,69 dólares, la libra de cebolla paiteña está a $2,99 dólares y una funda de 4 limones cuesta $5,49 dólares.
A estos precios hay que añadirles el impuesto de ventas en Santa Clara, que es del 9,125%, uno de los más altos del estado de California. Este impuesto incrementa aún más el costo de vida en esta ciudad, haciendo que cada compra en el supermercado sea una experiencia costosa para los visitantes y residentes.
Valoremos lo que Ecuador nos ofrece
Esta diferencia de precios nos hace reflexionar sobre la riqueza de la agricultura ecuatoriana y la diversidad de productos que tenemos a nuestra disposición. En Ecuador, gracias a su geografía y clima, podemos disfrutar de una amplia variedad de frutas y verduras frescas a precios muy accesibles. Desde las fértiles tierras de la Sierra hasta la exuberante Amazonía y la costa tropical, nuestro país produce alimentos que son esenciales no solo para nuestra dieta, sino también para nuestra economía.
Es importante valorar y proteger nuestra agricultura, que no solo nos brinda alimentos frescos y saludables, sino que también sostiene a miles de familias que dependen de ella. En tiempos en que el costo de vida en otros lugares del mundo parece desorbitado, la variedad y accesibilidad de nuestros productos agrícolas es un tesoro que debemos preservar y apreciar.
Mientras esperamos con ansias el partido de nuestra selección, llevamos con nosotros un aprecio renovado por los sabores de nuestra tierra y el esfuerzo de nuestros agricultores.