Aunque suena irrisoria para la mayoría de los consumidores de las redes sociales, otros han optado por creer y de esta manera aportar con la idea que no estamos en el año 2023 sino atravesando el 1726. La teoría conspiracionista del Tiempo Fantasma forma parte de las afirmaciones de Heribert Illig y el Dr. Hans Ulrich Niemitz.
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Esta teoría afirma que la supuesta falta de progreso que se identifica en el medioevo se daba a la falta de registros de grandes eventos, como la expansión del Islam y la reaparición del pueblo judío en el mapa. Según Niemitz, incluso la arquitectura de la época parece anacrónica.
La idea partió desde la década de los 90, donde los historiadores alemanes plantearon la teoría de que la Edad Media no pasó nunca. La aseveración parte del hecho que el Papa Gregorio XIII impuso el calendario gregoriano.
Ellos (los expertos alemanes) asumen que el Papa cometió un error que reduciría la fecha actual en 300 años, haciendo que procesos históricos fueran una creación endeble.
¿Tienen apoyo?
La teoría como tal no tiene ningún apoyo de la comunidad científica ya que otros procesos no contemplados en sus aseveraciones sí empatan, por ejemplo la dinastía Tang en China.
Por esta razón, la Hipótesis del Tiempo Fantasma ha quedado reducida a una pseudociencia sin fundamento alguno.