Hace un siglo, el 7 de mayo de 1922, el popular novelista inglés Walter Lionel George escribió un artículo para el periódico estadounidense ‘The New York Herald’, titulado “Cómo será el mundo dentro de cien años”. Todo lo que plasmó fue cómo el imaginó el 2022. De hecho, en la actualidad ha dado la vuelta al mundo.
George describió un mundo en el que “los vuelos comerciales se habrán vuelto completamente comunes”, reduciendo la separación de América y Europa a ocho horas, y cuyos vapores y ferrocarriles de pasajeros habrán caído en consecuencia en la obsolescencia.
“La telegrafía inalámbrica y los teléfonos inalámbricos habrán aplastado el sistema de cable”, dando como resultado generaciones que nunca habrán visto “un cable perfilado contra el cielo”.
En cuanto al cine, “las figuras de la pantalla no solo se moverán, sino que tendrán sus colores naturales y hablarán con voces ordinarias. Por lo tanto, el escenario tal como lo conocemos hoy puede desaparecer por completo, lo que no significa la perdición del arte, ya que la actriz de cine de 2022 no solo necesitará saber sonreír sino también hablar”.
George también imaginó que todos los puestos estarán abiertos para las mujeres, y muchas habrán llegado muy alto. “El año 2022 probablemente verá una gran cantidad de mujeres en el Congreso, muchas en la banca judicial, muchas en puestos de la administración pública y quizás algunas en el Gabinete del Presidente”.
Pero, advierte: “No creo que las mujeres hayan alcanzado la igualdad con los hombres. Un feminista cauteloso como yo se da cuenta de que estas cosas van despacio y no se puede borrar en un siglo, más de 30.000 años de esclavitud”.
Por otro lado creía que la “mayoría de la humanidad” estaría ocupando casas modulares en viviendas comunales de gran altura. “Tengo una visión de paredes, muebles y tapices hechos de más o menos papel maché menos comprimido”, todos reunidos en ciudades con clima controlado bajo vidrio.
Por desgracia, se equivocó en una predicción que a los trabajadores de 2022 nos gustaría que fuese verdad: “Muy poca gente trabajará más de 7 horas al día, si es que llegan”.