Investigadores de la Universidad de Copenhague descubrieron un trozo de brea que decidieron analizar a profundidad, al encontrar marcas de dientes.
La piedra fue sometida a desarrolladas técnicas de lectura y secuenciación de ADN antiguo “unas técnicas que permiten extraer una cantidad desproporcionadamente alta de información”, citó Xataca.
Como resultado se encontró que la resina es de unos seis mil años de antigüedad y que la persona que la mordía tenía dos cromosomas X en su ADN, esto quiere decir que era una mujer.
La llamaron Lola
Una vez secuenciada toda la cadena de información hallada en el pedazo de brea, los científicos precisaron que la joven tenía los ojos claros y la piel y el cabello morenos.
Supieron que antes de morder la resina había comido pato con avellanas, incluso sostienen que usó el “chicle” para calmar el malestar por una infección de encías, ya que la brea, sacada de la corteza del abedul se usaba en la antigüedad por sus propiedades antisépticas y antibacterianas, eso entre otros usos, ya que también era un popular pegamento.
“Lola”, vivía en las inmediaciones de Rødbyhavn, al oeste de la isla danesa de Lolandia, de allí que la bautizaron con el mismo nombre de la isla. ¡Asombroso!
Intolerante a la lactosa
Por si la información parece poca, los científicos también pudieron descubrir que “Lola” era intolerante a la lactosa y que tenía el virus de Epstein-Barr. La “radiografía” de esta mujer que vivió hace unos 6 mil años es posible entre otras cosas porque la resina conservó sustancias y elementos que estaban en su boca, donde se almacena gran cantidad de bacterias, virus, trazas de alimentos y sangre que quedaron encapsulados en la bola de resina que hallaron en la isla danesa.
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