Los viajes en el tiempo son cuestiones que se desarrollan ampliamente en la ciencia ficción. Situaciones como las que le ocurren a Marty Mcfly o a los Avengers no forman parte de la realidad. Aunque técnicamente existe una persona en el mundo que en la década de los 90 se convirtió en el primero en lograr un viaje al futuro.
Se trata de Serguéi Krikalev, cosmonauta ruso e ingeniero mecánico que es dueño de una historia insólita e increíble que solo él puede presumir. Viajó al futuro debido a una situación político territorial que en su momento lo hizo sufrir. Pero hoy cuenta con una sonrisa.
La cuestión es la siguiente. Corría el año 1991, tiempos de guerra fría y momentos cumbres de la desaparecida Unión Soviética. Serguéi tuvo que viajar hacia la Estación Espacial de su entonces país, MIR, como ingeniero de vuelo, según recuerda La República.
Llegó el 19 de mayo y tenía que cumplir un par de meses sobre la órbita de la Tierra. El crew con el que viajó recibió la orden de regresar y Serguéi Krikalev, de buena fe, eligió quedarse para poder recibir a la otra tripulación para después volver.
Sin embargo, en el medio de esta espera se desintegró la Unión Soviética y los cosmonautas sustitutos nunca aparecieron.
Eso hizo que Serguéi estuviera desde el 19 de mayo de 1991 hasta el 25 de marzo de 1992 transitando la órbita terrestre en un amasijo de hierro. En concreto fueron 312 días y 5.000 vueltas a la Tierra.
¿Y el viaje al futuro?
Según refleja el medio citado, el cosmonauta ruso sufrió un efecto llamado dilatación del tiempo, elemento predicho por Albert Einstein en la teoría de la relatividad. Dice el concepto que a medida que un objeto vaya más rápido que otro, el tiempo transcurre más lento
Entonces, la estación en la que viajaba iba a 7.7 kilómetros por segundo, situación que hace que Serguéi haya vivido milésimas de segundo menos que la población que estaba pisando la superficie del mundo.
Años más tarde, Serguéi Krikalev siguió incrementando sus horas de vuelo al viajar hacia la Estación Espacial Internacional de la NASA (ISS), para acumular un total de 803 días, 9 horas y 39 minutos fuera de la Tierra. Eso se traduce en que técnicamente el cosmonauta viajó 0.02 segundos hacia el futuro.