Aunque para muchas personas madrugar es algo realmente difícil que no logran hacer, cuando esta práctica se convierte en rutina, trae consigo una serie de beneficios para la salud, tanto física como mental, además que tenemos más tiempo para organizarnos y aprovechar mejor el día.
De acuerdo al portal Terra, “despertar temprano traerá como beneficio el poder desayunar de manera más completa; quienes se acuestan más tarde consumen alrededor de 248 calorías más que los que logran madrugar. Desayunar saludablemente de manera diaria traerá beneficios para ti”.
Adicionalmente, estudios revelan que levantarse al amanecer se asocia con una mayor duración semanal de sueño, mejor calidad y menor tiempo en el inicio del sueño.
Las personas se vuelven más proactivas al momento de madrugar y alcanzan su punto máximo de rendimiento por la mañana. Así mismo, despertar temprano nos dará más horas en el día para realizar nuestras tareas y tener tiempo de recreación.
¿Cómo lograrlo?
- Lo primero es hacer uso de un despertador, pero ubicarlo lejos de la cama para no tener la oportunidad de apagarlo.
- El despertar temprano debe venir acompañado de rutinas que te hagan salir de la cama, ya que no servirá de nada madrugar si seguimos acostados, es decir, cuando el despertador suena podemos pensar en el rico café con canela que nos vamos a tomar (claro si eres amante del café) y en el desayuno que luego nos espera. Eso seguramente nos motivará a poner un pie sobre el suelo y levantarnos.
- Para las mujeres es importante pensar en la rutina de limpieza de su rostro que se pueden hacer si se levantan temprano, ya que al pararse tarde y estar apuradas todo se complica y se obvian cosas importantes como ésta.
- Recuerda que la mente domina al cuerpo. Así que cuando escuches el sonido de la alarma piensa en las cosas positivas que te traerá el madrugonazo y lograrás levantarte porque en realidad vale la pena.
