Las ciencias y tecnologías han avanzado en los últimos años de maneras significativas, no obstante, hay una realidad que no se puede negar: falta mucho todavía para cumplir los objetivos o, mejor dicho, llegar a una cierta perfección o mejor calidad en varias ramas de la medicina en estética como por ejemplo los implantes de cirugía plástica.
Historia de los implantes mamarios
El boom de dicha modalidad, muchas veces más estética que por salud, data de finales de la década de los 60s y principio de los 70s del pasado siglo XX. En sus inicios predominó la silicona sólida, con gran parecido a una pierda o bloque con respecto a su sensibilidad, modalidad que extraña que obviamente los hacía parecer antinatural.
Para mejorar se le agregó una cubierta de silicona y silicona líquida en su interior, sin embargo, por detalles negativos de fugas a través de la membrana, se fueron agregando capas a la cobertura. Además de ser pesados, muchas pacientes refieren un sonido extraño que se da si queda aire dentro del implante, y deflaciones por fuga del líquido, por lo que se fueron cambiando a implantes de silicona.
A pesar del número de capas en la cubierta seguían las fugas, la silicona que era líquida se comenzó a usar como un gel cohesivo, y con ello se disminuyó notablemente la migración. Asimismo, mejoraron las cubiertas, por lo cual disminuyó el índice de rupturas.
Cápsula mamaria
Se trata sobre una reacción fisiológica del organismo ante un cuerpo extraño. Esto se refleja en todos las pacientes, pero al día de hoy no se sabe por qué en algunas evoluciona de un grado I o II, que son normales, a grados III y IV, que son las que producen deformaciones y molestias. Para prevenir tal problema, la industria sacó al mercado implantes de cubierta de poliuretano, que no tuvieron muchos adeptos por el gran efecto velcro, y la degradación del mismo y los implantes de silicona de superficie texturizada.
Retiro de prótesis
Son distintos los factores por el que muchas personas recorren en la actualidad a retirarse las prótesis. Ante esto, la recomendación principal es llevar todo el proceso con un especialista. Entre las técnicas recomendadas, algunas permiten mantener ciertos volúmenes como, por ejemplo, la auto prótesis de tejido autólogo, o con la inyección de grasa propia o lipotransferencia, y el resultado estético es muy armónico.
Otros son los casos de retirar los para recurrir al aumento con tejido mamario y mejorar la forma del seno. Para ello, se realiza la lipotransferencia, técnica capaz de aspirar grasa de otra zona del organismo, procesarla e inyectarla en el mismo momento por debajo y por encima de la glándula mamaria.