Adriana Campozano tiene 26 años y, junto a muchas mujeres de Tosagua, Manabí, es productora de maíz amarillo. Su historia se alimenta de una gran tradición familiar desde la época de sus abuelos se dedican a cultivar la tierra. Así, ella es la tercera generación de agricultores de su estirpe.
“Mis abuelos eran productores de algodón, sandia y maíz en pequeñas cantidades, a medida que se incrementaron las plagas y la producción de algodón y sandía se volvió insostenible, nos dimos cuenta de que debíamos de cambiar de cultivo a producir. Fue ahí cuando empezamos a sembrar maíz, utilizando semillas recicladas, obteniendo bajos rendimientos. Había que cambiar el plan”, así resume el trayecto de su vida. En marzo, mes de la mujer, se destacan historias de valor como la de esta agricultora manabita.
Al salir de la escuela, Adriana tuvo claro que quería seguir estudiando, cree, incluso hoy, que la forma de seguir con el legado familiar es a través de la formación y la tecnificación. En ese camino entendió que trabajar con semillas certificadas y realizar un mejor trato fitosanitario otorga mejores resultados en los rendimientos. Al principio, recuerda, trataban a la planta únicamente con urea (nitrógeno), y obtenía rendimientos muy bajos.
“Mi meta era llegar a un mayor rendimiento sin afectar al medio ambiente. Fue entonces que conocí los productos de Yara. Algunos de sus profesionales nos visitaban, los probamos en mí finca y realmente satisficieron nuestras necesidades”, recuerda cuando mejoró su método para cultivar.
Con el tiempo, Adriana logró evidenciar que el cultivo de maíz aprovechaba al máximo las soluciones nutricionales que aplicaba, y notaba las mejoras en el rendimiento del cultivo. “En la época de mis abuelos, los rendimientos oscilaban entre las 2,27 toneladas por hectárea. Actualmente los rendimientos que venimos obteniendo en mi finca son de 8,17 a 9,1 tonelada por hectárea, esto gracias a la calidad y facilidad de absorción que tienen los fertilizantes basados en nitratos”, cuenta con emoción.
Actualmente Adriana hace parte de la organización “AMUCOMT”, Asociación de mujeres comunitarias del cantón Tosagua, ubicado en la provincia de Manabí. “Lidero a un grupo de mujeres productoras en donde nos dedicamos a las actividades agrícolas en campo, específicamente realizamos trabajo de siembra y fertilización de menor esfuerzo físico, en el cultivo de maíz. Así es como todas estas mujeres productoras, ayudan a aportar a la economía de sus hogares”, cuenta la agricultora.
La asociación integra a 68 personas, de las cuales, apenas 9 son hombres. Existe desde 2006 y se han unido, desde cantones como, Rocafuerte, Chone, Sucre, Bolívar, Junín y Montecristi, con 398 agricultores aliados más para obtener un mejor precio por la venta del maíz; un cultivo, como lo menciona Adriana, de altísima calidad. En 2021 alcanzaron a comercializar 200 mil quintales de maíz amarillo.
“Colectivamente estamos incentivando en la producción de huertos caseros para tener productos más saludables para la familia, con esta iniciativa buscamos involucrar a la mujer, hombre, hijos, familia en general a que todos se sientan comprometidos con la alimentación familiar”, concluye Adriana.