Hoy iniciamos nuestra Novena de Navidad 2021 en sintonía con el Sínodo de los Obispos, que nos invita a caminar en comunión, participación y misión, marcando con claridad este itinerario que nos prepara para la llegada de Jesús y que nos permite descubrir que somos Iglesia.
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Iniciemos diciendo: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Palabra de Dios: Jn 1, 1-8
En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio con Dios. Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe. En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres, y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron. Hubo un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan. Este vino para un testimonio, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por él. No era él la luz, sino quien debía dar testimonio de la luz.
Palabra del Señor.
Reflexión
El Evangelio según San Juan inicia mostrándonos que el misterio de Dios es un misterio de comunión. Ya que la Palabra, que “existía desde el principio”, “estaba con Dios” y “era Dios”. Dios no es un ser solitario. El misterio de Dios es, por el contrario, el misterio de una comunión eterna.
Esta “comunión eterna”, sin embargo, no ha permanecido “encerrada” dentro de Dios, sino que ha querido idear lazos también “hacia afuera”, con los seres libremente creados. Pues la Palabra es como una “luz que brilla en las tinieblas”, y la luz, al dar claridad, une, vincula, relaciona.
El pecado, sin embargo, entró en el mundo como tinieblas, como oscuridad. Y, como tinieblas, confunde, enfrenta, divide. El Bautista es aquí el gran profeta, que, como “testigo de la luz”, descubre las maldades ocultas. Y, de esta forma, colabora en el gran plan de la reconciliación con Dios y entre nosotros, del regreso, en definitiva, al misterio de comunión que es Dios y que nace de Dios. El nacimiento del Salvador será como la plenitud de ese “regreso a la comunión” con Dios del hombre y la creación.
(+Eduardo Castillo Pino, Arzobispo de Portoviejo y Presidente de la Comisión Episcopal de Magisterio de la Iglesia CEE)
Compromiso
Así como Juan preparó el camino del Señor, al inicio de esta novena, me comprometo a tener una actitud concreta de fraternidad y comunión en mi familia.
Peticiones
Presentemos al Señor nuestras intenciones y necesidades con total confianza de su acción en nuestras vidas y digamos: Señor, ayúdanos a ser camino de comunión.
- Por nosotros que somos la Iglesia del Señor, para que seamos presencia y testimonio de comunión, participación y misión. OREMOS.
- Por nuestras familias, para que puedan ser un espacio favorable que fortalezca la unidad, el respeto, la valoración y la aceptación; y juntos preparemos este camino para acoger al Señor en nuestras vidas. OREMOS.
- Por todos quienes en este tiempo de pandemia han partido a la Casa del Padre (en silencio presentamos sus nombres), que Él les conceda el descanso eterno y que su testimonio nos lleve a estar siempre preparados. OREMOS.
- Por todos nosotros, que hoy iniciamos esta novena, para que el testimonio profético de Juan Bautista, nos anime a vivir con radicalidad el Evangelio y ser signos visibles del amor de Dios en nuestros entornos más cercanos. OREMOS.
(Se pueden añadir más peticiones)
Complementa la oración con un Padre nuestro, Ave María y Gloria.
Bendición
Que el Señor nos bendiga y nos permita preparar el camino de comunión con nuestro testimonio de vida.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Villancico
Playlist de Spotify para la novena de Navidad con sabor a Ecuador