La princesa Mako de Japón desafió a la monarquía japonesa al hacerla a un lado para casarse con Kei Komuro, un plebeyo que se convirtió en su verdadero amor.
Mako es sobrina del emperador Naruhito e hija de su hermano menor, el príncipe heredero Fumihito.
Lejos de los lujos, excentricidades y los ritos tradicionales de su país fue llevada a cabo su ceremonia en una oficina del gobierno, con la que oficialmente renunció al pago global de alrededor de $ 1.3 millones que reciben las mujeres de la realeza.
El motivo: Komuro de 30 años, no pertenece a la nobleza, apenas es licenciado en derecho y una disputa financiera que enfrenta a su madre ha empañado su relación con la princesa.
¿Qué hará con su nueva vida la princesa Mako?
Se espera que los recién casados dejen Japón para empezar una nueva vida en Estados Unidos.
Su relación ha sido comparada por algunos medios internacionales con lo sucedido entre el príncipe Harry de Gran Bretaña y su esposa, Meghan Markle, quienes abandonaron la realeza britaníca para tener una vida común y corriente.
Su historia ha empeorado la inminente crisis de sucesión para la monarquía japonesa, la más antigua del mundo, pues la familia se está quedando sin miembros (17 en total) luego de la ascensión al Trono del Crisantemo restringida a la línea de sangre masculina.
Ni la hija de Naruhito, Aiko, ni Mako y su hermana, Kako, están en la fila porque son mujeres.
El futuro de la corona ha recaído sobre los hombros del hermano de 15 años de Mako, el príncipe Hisahito, el único heredero de su generación.
A medida que se vayan casando más miembros femeninos irán disminuyendo las piezas de la monarquía, aumentando la carga de los deberes a quienes quedan.
A pesar de su decisión, Mako ha contado con el apoyo de su familia. El pasado martes 25 de octubre salió de la residencia imperial acompañada por sus padres junto con un ramo de flores.
Luego de ser abrazada por su hermana Kako, se subió a un automóvil sin ellos rumbo a la oficina matrimonial.
