Luego de la muerte del escritor peruano y Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, se han conocido detalles y curiosidades de su vida, incluso la razón de un tremendo puñetazo que una vez le propinó a Gabriel García Márquez, otro gran escritor, colombiano él, y también Premio Nobel de Literatura.
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La vida amorosa de Vargas Llosa también fue polémica. Primero se anamoró de su tía, luego se casó con su prima-hermana, Patricia Llosa, y tras 50 años de matrimonio se divorció e inició otra relación. Precisamente en esta anécdota del puñetazo de Vargas Llosa al ‘Gabo’, tiene algo de protagonismo Patricia Llosa.
Un 12 de febrero de 1976, el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México fue escenario de uno de los puñetazos más célebres de la literatura.
Aquel día, Vargas Llosa le dio un golpe al rostro a Gabriel García Márquez que no sólo le dejó el ojo morado, sino que puso fin a esa gran amistad entre el peruano y el colombiano.
Testimonios relatan que justo antes de la exhibición privada de la película ‘Supervivientes de los Andes’, Gabriel García Márquez gritó “¡Hermanito”!, y se acercó a su antes vecino en Barcelona, España; y Vargas Llosa le lanzó un contundente derechazo.
“¡Cómo te atreves a abrazarme después de lo que le hiciste/dijiste a Patricia en Barcelona!”, gritó con rabia Vargas Llosa.
García Márquez cayó al piso con el rostro ensangrentado, se relata, y el también Nobel de Literatura no dijo nada al respecto hasta años después.
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“Eso fue un problema de Mario y de los chismes que le contó Patricia, que le llenó de cuentos la cabeza”, explicó.
Se dice que los vecinos en Barcelona almorzaban en una casa y cenaban en otra, que dejaban los hijos de una pareja al cuidado de la otra, compartían muchísimo. Pero pese a la separación, los escritores jamás revelaron más detalles sobre los motivos de aquel puñetazo que rompió la amistad.
En abril de 2014, tras la muerte del autor de “Cien años de soledad”, Vargas Llosa declaró que ambos habían hecho “un pacto de caballeros” para guardar en secreto los detalles de ese feo suceso.
“García Márquez y yo hicimos un pacto, que no íbamos a alentar la ‘chismografía’ sobre nuestra relación, entonces él se murió cumpliendo el pacto y yo me voy a morir cumpliendo el pacto”, había dicho Vargas Llosa. Ambos cumplieron.
