Dos astronautas de la NASA, Butch Wilmore y Suni Williams, vivieron una experiencia única al regresar a la Tierra después de haber quedado atrapados en el espacio.
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Su regreso estuvo marcado por un curioso y entrañable recibimiento de una manada de delfines que rodeó la cápsula espacial a medida que tocaba el agua del océano Pacífico.
Tras haber permanecido durante un extenso período en la Estación Espacial Internacional, los astronautas lograron regresar a la Tierra, donde la naturaleza pareció recibirlos con los brazos abiertos.
El aterrizaje tuvo un toque inesperado cuando, justo después del amerizaje, los delfines se acercaron al lugar para rodearlo, creando una escena impresionante.
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El hecho de que los delfines respondieran de esa manera ha sido interpretado por muchos como un simbólico “saludo” de la naturaleza a los valientes astronautas.
Aunque los científicos aún no pueden explicar exactamente por qué los delfines se comportaron de esa manera, algunos sugieren que el sonido del amerizaje podría haber atraído su curiosidad.
A pesar de la difícil situación en el espacio, donde los astronautas enfrentaron varios desafíos, el regreso estuvo marcado por la calma de este inesperado encuentro con la vida marina.
