El Super Bowl fue sorpresivo para los fanáticos, los cuales se encontraron con la frustración de los Kansas City Chiefs al no conseguir el triple. Los Philadelphia Eagles acabaron con llevarse el anillo al final de la velada, la cual tuvo como protagonista del medio tiempo a Kendrick Lamar.
El rapero estadounidense, que vino de imponerse en los Grammy con 5 premios, tuvo un Half Time que parecía estar destinado al olvido pero el simbolismo presentado fue más allá de ello.
El duro golpe a Trump
Desde tener como invitado especial a Samuel L. Jackson hasta jugar con el problema político en el país, Lamar no dudó en dejar destellos en la memoria de los millones de espectadores.
Representó la bandera estadounidense partida por la mitad, un reflejo de la polarización política. Además, en el coro de la canción que interpretó apunta a sentarse y ser humilde.
De igual manera, la representación de Samuel Jackson como el Tío Sam, apunta a una critica sobre cómo se reinterpreta al guetto en la historia afroamericana.
‘Uncle Sam’ es un acrítica a la elite estadounidense cuando es aceptado solo cuando deja de ser subversivo.
“La revolución está a punto de ser televisado, escogieron el momento correcto”, la frase como tal no fue desliz, más bien fue un misil contra el presidente estadounidense
Esto apunta que el cambio está sucediendo en el momento, pero el cambio que benéfica a quién. Kendrick Lamar dejó claro que la resistencia no necesita volumen, sino inteligencia.