Un estudio revela a la pregunta que muchos se hacen sobre ¿cuánto tiempo puede permanecer un hombre sin mantener relaciones íntimas?
En base a un estudio realizado por Flo Health, se puede decir que un hombre puede estar sin mantener relaciones sexuales durante largos períodos sin que esto implique un riesgo grave para su salud. Aunque la frecuencia varía según la persona, la falta de relaciones sexuales puede generar consecuencias a nivel emocional y físico si se extiende por tiempo prolongado.
Así afecta la falta de actividad sexual en tu cuerpo
La falta de actividad sexual en hombres puede incrementar los niveles de estrés y ansiedad. Esto ocurre porque las relaciones sexuales generan en el cerebro la liberación de endorfinas y oxitocina, sustancias químicas asociadas con la sensación de bienestar y relajación. Sin estas experiencias, el cuerpo puede perder esos beneficios y experimentarse un aumento en las tensiones internas. El impacto no solo es emocional, sino también físico, ya que las relaciones sexuales frecuentes ayudan a fortalecer el sistema inmunológico, protegiendo al cuerpo de enfermedades menores como resfriados o gripes.
Además, la práctica del sexo es beneficiosa para el tono muscular, especialmente en el caso del suelo pélvico. Esta musculatura se tonifica durante el acto sexual, lo que puede prevenir problemas en el futuro, como la incontinencia urinaria de esfuerzo o el prolapso de órganos, condiciones que pueden verse agravadas por la falta de actividad sexual, especialmente en etapas como la menopausia o tras el embarazo.
En cuanto a la duración ideal de una relación sexual, las cifras indican que, en promedio, las relaciones sexuales duran entre 10 y 12 minutos, sumando el juego previo. Sin embargo, estudios también muestran que incluso una relación de solo siete minutos puede ser satisfactoria. Lo que realmente importa es la calidad de la conexión emocional y física durante el acto, más allá del tiempo específico.
Aunque no tener relaciones sexuales no es fatal para la salud, practicarla de manera regular tiene efectos positivos comprobados tanto en el bienestar físico como emocional. En resumen, la clave no está en la cantidad de tiempo sin sexo, sino en la importancia de mantener un equilibrio que favorezca la salud y la felicidad individual y de pareja.