Expertos han afirmado que el nombre de Jesucristo probablemente era diferente al que conocemos hoy. Según algunos estudios, en su lengua materna, el arameo, habría usado un apodo irreconocible para nosotros, según un artículo publicado por el medio británico Daily Star.
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El nombre “Jesús” tal como lo conocemos no existía en el arameo original y ha sufrido numerosas transformaciones a través del tiempo: del arameo al hebreo, luego al griego y al latín. Esto lo convirtió en lo que conocemos en el siglo XVI como “Jesús”.
En hebreo, su nombre era “Yeshu”, un término más cercano a “Joshua” en inglés. Los lingüistas coinciden en que su apellido no era “Cristo”, sino que estaba vinculado a su ciudad natal, Nazaret. Por lo tanto, el verdadero nombre de Jesús probablemente era “Yeshu Nazareen”.
El profesor Dineke Houtman, experto en la relación entre judaísmo y cristianismo, en una entrevista con el medio citado, destaca que no se puede saber con certeza qué idiomas hablaba Jesús. Sin embargo, debido a su origen, se puede suponer que su lengua cotidiana era el arameo.
Algunos académicos, como el profesor Houtman, sugieren que el nombre original en arameo de Jesús era “Yeshua”, o bien “Yeshu”, la forma abreviada usada en la literatura rabínica posterior. Esta última era tan común como el nombre “Arthur” en la actualidad.
El nombre “Yeshu” era común en la Galilea del primer siglo, lo que apoya la teoría de que el nombre de Jesús podría haber sido Yeshua o, posiblemente, Yeshu.
El historiador Dr. Marko Marina de la Universidad de Zagreb, también consultado por el Daily Star, menciona que en la época antigua las personas no tenían apellidos como los conocemos hoy. En su lugar, se les identificaba por su ascendencia, lugar de origen o características distintivas, lo que refuerza la idea de que el “Cristo” no era un apellido, sino un título.