Con gran emoción y gratitud, Doménica Jarrín compartió sus primeras impresiones tras haber sido elegida como la Reina de San Francisco de Quito, en el marco de un proceso lleno de esfuerzo, preparación y camaradería. La noche del evento fue el cierre de un largo camino de preparación, pero también el inicio de un compromiso que asume con mucha responsabilidad. En conversación con medios locales, la joven reina habló sobre sus sentimientos al haber sido seleccionada entre las finalistas y sus expectativas para el futuro.
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“El día de ayer fue maravilloso”, comenzó Doménica, destacando el vínculo de unión y apoyo que compartió con sus compañeras durante todo el proceso. “Pasamos la noche juntas para cerrar este proceso tan bonito de la manera que tenía que ser, unidas”, explicó. En los días previos, el grupo de finalistas practicó incansablemente para ofrecer lo mejor de sí mismas en el escenario, con el objetivo de brindar una presentación memorable para los asistentes.
A lo largo del mes de preparación, Doménica se sintió llena de orgullo y emoción, pero también reconoció la gran responsabilidad que ahora lleva sobre sus hombros. “Ser Reina de San Francisco de Quito es un trabajo muy difícil, pero quiero llevarlo de la mejor manera. Estoy dispuesta a trabajar por nuestra ciudad y dejar en alto el nombre de nuestra capital”, expresó con determinación.
A pesar de la cercanía de las festividades de Quito, que inician con el 6 de diciembre, Doménica tiene claro su compromiso con la ciudad. Durante su primer discurso como Reina, hizo un llamado a los ciudadanos a conocer más sobre Quito, a celebrar con conciencia y a cuidar la ciudad que todos amamos. “No podemos querer lo que no conocemos”, mencionó, citando una frase de su padre que siempre la ha motivado.
Doménica invitó a los quiteños a explorar más allá de las festividades y disfrutar de las maravillas históricas y culturales de la ciudad: “Es muy bonito disfrutar de las fiestas, de la chiva, el canelazo, pero también es importante saber más sobre Quito: su historia, su gente, sus parques y su centro histórico. Cuando conocemos y respetamos nuestra ciudad, la cuidamos más”.
Doménica cerró la entrevista destacando lo que para ella ha sido el mayor logro de este proceso: la creación de una amistad sólida y una red de apoyo mutuo. “Lo más bonito de esta experiencia es que, más allá del título, gané una familia. Las nueve reinas somos un equipo unido, y eso es lo que me motiva a seguir adelante”, concluyó.
Como nueva Reina de San Francisco de Quito, Doménica Jarrín está lista para enfrentar los desafíos que se presenten, siempre con la firme intención de servir a su ciudad y dejar un legado de unidad, respeto y amor por Quito.
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La Virreina, Francesa Frixone, y la Señorita Amistad, Wendy Román
En la misma noche de coronación, Francesa Frixone fue electa como Virreina de Quito, un título que acompaña a Domenica Jarrín en su nueva labor como soberana de la ciudad. Francesa, quien fue una de las grandes favoritas del certamen, compartió su felicidad y el compromiso que siente hacia su ciudad. “Es un honor poder trabajar junto a Domenica y al resto de mis compañeras en proyectos que beneficien a la gente de Quito”, señaló Francesa, quien, al igual que Domenica, asume este rol con mucho entusiasmo y responsabilidad.
Además, Wendy Román recibió el título de Señorita Amistad, una distinción que resalta su personalidad cercana y solidaria con sus compañeras. “Este premio es muy especial para mí, porque lo que más valoro es la amistad y el compañerismo. Estoy muy feliz por esta oportunidad”, comentó Wendy, quien destacó la importancia de trabajar en equipo para lograr el éxito colectivo. Su nombramiento como Señorita Amistad refleja los lazos de hermandad que las candidatas crearon durante el certamen.
Diana Dávila se destacó durante el certamen de la Reina de San Francisco de Quito, no solo por su carisma y simpatía, sino también por el profundo sentido de hermandad que demostró a lo largo del proceso. En una noche llena de emociones, Diana recibió el reconocimiento como Señorita Confraternidad, un título que refleja el trabajo en equipo, el respeto mutuo y el compañerismo entre las participantes, valores que se han convertido en la esencia de este certamen.