A lo largo de la historia, la humanidad ha sido testigo de diversas profecías sobre el fin del mundo, muchas de las cuales han llegado con fechas específicas que, por suerte o por destino, no se han cumplido.
Desde las enigmáticas predicciones de Nostradamus hasta las célebres y temidas predicciones mayas sobre 2012, el temor a la extinción ha sido una constante en la cultura humana. Sin embargo, mientras algunas de estas profecías se han desvanecido en el tiempo, otras, como una reciente publicación científica, sugieren que el fin de la humanidad podría estar más cerca de lo que pensamos.
En un giro sorprendente, un estudio publicado en Science en 2024 ha rescatado una investigación de 1960 que predice el colapso de la civilización para el 13 de noviembre de 2026. Pero, ¿de qué se trata realmente esta predicción? ¿Es otro delirio apocalíptico o una advertencia científica sobre los límites de la Tierra?
El estudio, titulado Doomsday: Friday, 13 November, A.D. 2026, fue realizado en 1960 por el físico austriaco Heinz von Foerster, en colaboración con Patricia Mora y Lawrence Amiot, todos investigadores de la Universidad de Illinois en Chicago. Durante más de seis décadas, sus conclusiones se mantuvieron en silencio, hasta que recientemente el artículo ha sido desclasificado y ha saltado nuevamente a la palestra.
El objetivo del trabajo era, de manera simple, intentar encontrar una fórmula para predecir la extinción de la humanidad, en función de la extrapolación del crecimiento poblacional. Según los autores, el planeta no sería capaz de soportar un aumento exponencial de la población humana, lo que provocaría un colapso inevitable de los sistemas que sostienen la vida tal y como la conocemos.
El 13 de noviembre de 2026, según el modelo de von Foerster, la población humana habría alcanzado un punto crítico, tan elevado que sería insostenible para el planeta. Sin embargo, es importante destacar que no se trata de un apocalipsis al estilo de las grandes catástrofes naturales o de la ciencia ficción. No habrá virus, plagas o cataclismos globales; el fin sería mucho más lento, pero igualmente devastador.
Lo que este estudio destaca como factor fundamental para el colapso es el crecimiento descontrolado de la población. Según los cálculos de von Foerster, la humanidad habría superado la capacidad de la Tierra para sustentarla, especialmente en lo que respecta a recursos naturales y alimentos. La sobrepoblación llevaría a una crisis global, sin suficientes recursos para alimentar a las masas, lo que desencadenaría una serie de consecuencias catastróficas, como el colapso de los sistemas de distribución de alimentos, agua y energía.
En sus palabras, “La población humana se acercará al infinito si sigue creciendo como en los últimos dos milenios”. Esta predicción, lejos de ser una simple observación, era una advertencia sobre los peligros del crecimiento exponencial sin control y los efectos de una humanidad cada vez más dependiente de los recursos finitos del planeta.