En contra de toda regulazicón pero sobretodo de advertencias hechas por expertos en la materia, el Departamento de Defensa de Estados Unidos planea hacer una completa modernización de sus silos, lugares subterraneos de almacenamiento y ligado a ello, de todos su sistema de misiles balísitcos intercontinentales (ICBM) apesar de los costos exorbitantes, la amenaza a millones de civiles y la ineficacia de estos sistemas bajo el contexto mundial actual
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El riesgo de este proyecto va más allá del evidente peligro que supondría tener una nueva serie de misiles de última tecnología que son capaces de viajar a cualquier parte del mundo, por si eso pareciera poco, los silos (estructuras en forma de pozo que almacenan misiles y tienen como finalidad encargarse de la protección y lanzamiento) donde se albergarían estarían ubicados de forma casi subterranea en las regiones de Dakota del Norte, Montana, Colorado, Wyoming y Nebraska. Todas ellas zonas densamente pobladas que como resultado crearía en dichas localidades una “esponja nuclear”, como la denominan los expertos, refiriéndose con eso a un lugar sensible que en caso de ser atacado para terminar con el poder balístico de EUA, sólo soportaría un ataque y en adelante, liberaría una lluvia radioactiva masiva que afectaría a millones de personas.
Más haya del poder de esta arma, cabe destacar que los expertos en la materia hablan de lo obsoleta que sería esta renovación e incluso el simple hecho de tener misiles ICBM por su gran costo de producción y almacenaje pero sobretodo por su riesgo a causa de la esponja nuclear pues incluso, existen submarinos nucleares que ofrecen mayor efectividad y un menor riesgo.
Y por último, todas las consecuencias que surgen como consecuencia de la construcción de estas nuevas instalaciones que se extenderían por 5 ciudades distintas, así como el transporte de miles de trabajadores, generando problemas ambientales y sociales en las comunidades cercanas a los silos.
Como consecuencia de estas tres negativas, personas destacadas de sectores como el científico, político y activistas ambientales se han unido para oponerse a esta iniciativa propuesta por el Pentágono que tendría graves consecuencias y carece de sentido al ser una tecnología del pasado.
