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Actriz de la ‘Casa de Papel’ estuvo en Galápagos y deja un mensaje de concientización

La actriz española Alba Flores aboga en las Galápagos por ratificar Tratado de los Océanos.

Lejos de su natal España y de los reflectores de las televisiones o el teatro, la actriz y activista española Alba Flores, famosa por interpretar a Nairobi en la serie ‘La casa de papel’, llegó a las Islas Galápagos para abogar de la mano de la organización ecologista Greenpeace por la ratificación del Tratado de los Océanos de las Naciones Unidas, suscrito hace un año.

A bordo del barco rompehielos Arctic Sunrise, que surca las aguas de Galápagos para hacer visible el trabajo científico en el primer patrimonio natural de la humanidad declarado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), Flores constató de primera mano la alta biodiversidad de la zona en general, e incluso la del fondo marino.

Tras varios días en el barco y luego de hacer esnórquel por las zonas protegidas de la reserva marina de las Galápagos, Flores dijo en una entrevista con EFE que vio “un montón de animales, un paisaje increíble”.

“Todo esto es para hacer ver que las zonas marítimas que están protegidas, tienen resultados increíbles, y que hay más zonas que tenemos que conseguir que se protejan”, comentó Flores.

“Si tuviéramos una red de santuarios marinos, sería algo que ayudaría mucho a recuperar la fauna y la naturaleza de los océanos, que son vitales para el ser humano y para la convivencia en el planeta”, incidió la actriz, conocida también por interpretar a Saray Vargas en la serie ‘Vis a vis’.

Flores explicó que “hay una zona muy cerca (a las Galápagos) de aguas internacionales que es de tránsito de muchas especies”. “Pensamos que los Gobiernos de Ecuador, Colombia, Costa Rica y Panamá deberían ratificar el Tratado de los Océanos y proteger esa zona para que las especies que viven aquí en Galápagos tengan asegurado el trayecto”, enfatizó.

Ello, porque muchas especies migran y en su migración se van, pero no vuelven, apunta Flores, conocida por enarbolar la bandera del feminismo y también ser vegetariana, en una campaña con organizaciones animalistas.

Cuestión de “voluntad política”

El 5 de marzo de 2023 y tras años de discusiones, finalmente se aprobó el Tratado sobre los Océanos para la conservación y uso sostenible de la biodiversidad marina fuera de áreas bajo jurisdicción nacional -espacio que ocupa más del 60 % del océano-, por el que se regularán por primera vez una serie de aspectos a nivel mundial para frenar su declive.

Pero ahora los Gobiernos deben ratificarlo, “poner voluntad política en hacer lo que se comprometieron a hacer”, dijo Flores al considerar que “no es tan difícil diseñar unas leyes”.

La actriz señaló a Galápagos como un ejemplo, pues hay zonas con diferentes niveles de protección que conviven con la pesca tradicional y se respeta el ambiente. “¿Por qué no lo hacen en el resto del mundo?”, se preguntó.

“A la vez que estábamos nosotros en el barco, también hay unos cuantos científicos haciendo unos estudios, con el objetivo de aportar unos datos empíricos que ayuden a los G        obiernos a decidirse, si no le es suficiente con el sentido común”, afirmó Flores, al considerar que “se trata de negociar y organizar bien todas las actividades que se dan en el mar”.

Para la activista, el Tratado -ratificado hasta el momento por Chile y la pequeña república insular de Palau- es la “herramienta perfecta para poder poner restricciones” en aguas internacionales “y que, efectivamente, ya haya un marco legal para evitar que se dé la pesca abusiva, la pesca industrial, la pesca masiva, y sobre todo de especies que están protegidas”.

“Solo hay un 1 % de espacio protegido en los océanos y la idea era llegar en el 2030 un 30 % por lo menos. Lo ideal sería más. Por eso la medida de proteger áreas grandes de aguas internacionales no es una medida menor, es esencial”, subrayó.

“No se puede negar la evidencia”

La actriz y activista de 37 años tildó de una “buena puerta de entrada” al Tratado para proteger los océanos, pero subrayó que debe ir acompañada de otras medidas, como el control del uso del plástico y una coordinación global en favor del ambiente.

“No entiendo cómo los políticos no escuchan a los científicos. Esto es algo que a mí me explota la cabeza, no se puede negar la evidencia, no sé muy bien qué intereses tienen, que hacen que desoigan a los científicos”, comentó.

Por ello, Flores quiere poner la popularidad ganada en los escenarios y el legado de su apellido al servicio de la conservación, “para que se pueda escuchar a las personas que no son tan visibles ni tan conocidas que hay detrás de todo este proyecto: científicas, científicos de Greenpeace”, dijo al confesarse encantada por la biodiversidad de Galápagos.

Como ejemplo, narró que en una bahía muy pequeña vio un tiburón, una mantarraya, pingüinos, lobos marinos, “un montón de aves. “Un montón de peces que no sé ni nombrar”, bromeó.

Se mostró impresionada por los niveles de convivencia de los animales. “Aquí el animal está absolutamente tranquilo, como si supiera que está protegido, como que nada le puede hacer daño”, valoró Flores.

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