Richard Morgan, a sus 93 años, es el irlandés cuatro veces campeón del mundo de remo bajo techo, con el motor aeróbico de una persona sana de 30 o 40 años y el porcentaje de grasa corporal de un lebrel (perro galgo).
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También es objeto de un nuevo estudio de caso, publicado el mes pasado en el Journal of Applied Physiology, que analizó su entrenamiento, dieta y fisiología.
Sus resultados sugieren que, en muchos sentidos, es un ejemplo de envejecimiento saludable y en forma.
Aunque su rutina de ejercicios comenzó más tarde en su vida, ahora ha remado el equivalente a casi 10 veces alrededor del mundo y ha ganado cuatro campeonatos mundiales.
“Necesitamos observar a las personas mayores muy activas si queremos comprender el envejecimiento”.
— Bas Van Hooren, investigador doctoral de la Universidad de Maastricht.
Lo más interesante para los investigadores es que no había comenzado a practicar deportes ni a realizar ejercicios físicos hasta los 73 años.
Jubilado pero con algo para dar aún, había asistido a una práctica de remo con uno de sus otros nietos, un remero universitario competitivo. “Él nunca miró hacia atrás”, afirmó.
¿Cuál es su rutina de ejercicios?
Lo más impresionante es que desarrolló esta condición física con una rutina de ejercicios simple y relativamente abreviada, anotaron los investigadores.
- Consistencia: Cada semana, rema unos 30 kilómetros (unas 18,5 millas), con un promedio de unos 40 minutos al día.
- Una combinación de entrenamiento fácil, moderado e intenso: alrededor del 70 por ciento de estos entrenamientos son fáciles. Otro 20 por ciento lo hace a un ritmo difícil pero tolerable, y el 10 restante a una intensidad máxima, apenas sostenible.
- Entrenamiento con pesas: dos o tres veces por semana, usando mancuernas ajustables para completar unas tres series de estocadas y flexiones, repitiendo cada movimiento hasta que sus músculos estén demasiado cansados para continuar.
- Una dieta rica en proteínas: come muchas proteínas y su consumo diario supera regularmente la recomendación dietética habitual de unos 60 gramos de proteína para alguien de su peso.