Esta noche se viene una verdadera “batalla a muerte” por el pin del chef, entre Jamil y Alexandra en MasterChef Ecuador. Dos fuertes competidores, con muchísimo en común, se disputarán el tan anhelado beneficio que no solo se le otorga al mejor cocinero de la semana si no que también da privilegios para ponérsela difícil o quitar del camino a otros.
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‘La Diabla’, que no le dicen así por ser una pera en dulce, ganó el reto de la caja misteriosa lo que le concedió el privilegio de elegir el tiempo y la fruta exótica con la que iban a trabajar sus compañeros.
Aunque Alexandra se le desbordó la maldad y quiso darle tan poco tiempo a Jamil y la fruta más difícil, él logró brillar. Una verdadera cachetada para ella, y hasta subió al balcón para darle un abrazo.
Ella tiene muchas ganas de obtener ese pin del chef hoy porque nunca lo ha ganado. En definitiva quiere hacer de las suyas y provocar la eliminación de quienes a su juicio no cocinan bien como Sara y Sonnia.
Jamil, de su lado, como se fumó la pipa de la paz (que nadie le cree) tal vez no se vaya contra quienes ya tuvo altercados y supuestamente ya no está dispuesto a meterles el pie. Tal vez utilice el pin para otros fines y vengarse de Alexandra.
Cortados con la misma tijera
Jamil y Alexandra son muy buenos cocineros. Dominan técnicas, saben de platos internacionales y pocas veces han recibido malos comentarios. Competitivos nivel extremo y siempre quieren ser los mejores.
Pero algo que les juega en contra y la razón por la cual se han ganado el hate de la audiencia es su egocentrismo. Hacen comentarios despectivos y el hecho que siempre les vaya bien les hace creer que tiene el derecho de ir pisando a sus compañeros con tal de apartarlos de su camino.
Si bien MasterChef es una competencia y gana el mejor cocinero, de nada sirve ser una persona así. El mismo Roberto Ayala lo ha dicho en reiteradas ocasiones en sus redes sociales. Así ellos hagan un pato de altísimo nivel, todo ese talento se destruye cuando abren la boca para decir cosas hirientes.
