Desde la llegada de la pandemia por COVID-19 el mundo entero dio un cambio drástico en todos los sentidos de la vida. A los millones de muertos por su contagio, son miles los sobrevivientes lo que todavía siguen sufriendo las secuelas de la enfermedad siendo la pérdida olfativa como una de las más reportadas por los afectados, así lo indica la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Para poder aliviar algunos efectos secundarios del Coronavirus, diversas investigaciones se encargan de encontrar soluciones concretas que beneficien a las víctimas. Así es el ejemplo de un reciente estudio por parte de la Universidad de Virginia Commonwealth, en Estados Unidos, donde se inventó una nariz biónica que promete devolver el sentido del olfato a personas que lo perdieron a causa del Covid-19 u otra determinada enfermedad.
Nariz biónica
El innovador dispositivo fue utilizado originalmente con animales y ahora un prototipo ya se encuentra disponible para ser probado en seres humanos con anosmia, patología que se define como la falta absoluta de olfato. Los investigadores explican que el principal desafío no es restaurar el olfato de las personas, sino enseñar al dispositivo a simular los olores ya que los seres humanos cuentan con cerca de 400 receptores olfativos capaces de identificar miles de olores.
Entre los detalles de la creación de la nariz biónica se destacan las siguientes características:
· El dispositivo restaura las conexiones nerviosas de las personas que perdieron el olfato debido a cualquier enfermedad (no solo es el caso del COVID-19).
· Los lentes son la carcasa de un dispositivo cuyo protagonista es un sensor que envía señales a un receptor situado bajo la piel (un implante coclear), viajando por la patilla.
· El receptor traduce los olores en impulsos eléctricos, que el bulbo olfatorio puede reconocer.
· En las pruebas usaron ratas y preparan los primeros ensayos clínicos con seres humanos.
En la primera etapa se concentrarán los análisis en pocos aromas, aquellos que los participantes indiquen que son importantes para ellos. El estudio universitario estadounidense tiene como finalidad el incluir receptores para algunos olores relacionados con la seguridad, como el humo y el gas natural, y algunos otros agradables. “Incluso podrían personalizar la prótesis para dar a los usuarios olores que sean significativos para ellos: el olor del pan para un panadero casero, por ejemplo, o el olor de un bosque de pinos para un ávido senderista”, informó Richard Constanzo, líder del proyecto y profesor especializado en fisiología o biofísica al sitio IEEE Spectrum.