Casa llena en el Estadio Olímpico Atahualpa. Cero aglomeraciones, y ninguna persona se quedó fuera con su boleto. Es más, nadie se quedó sentado durante las casi dos horas que Daddy Yankee deleitó al público con sus mejores canciones y un show a la altura de un Big Boss.
Los más de 20 mil asistentes perrearon y corearon todas las canciones con un show repleto de mucha energía. Desde la entrada, donde El Cangry apareció en un avión, hasta cantar con hologramas de sus colegas, y un impresionante show de luces y fuegos artificiales hizo que la noche del 5 de octubre fuese inolvidable para los amantes del regueton.
“Oye si me ven por ahí me invitan un cafecito”, dijo Daddy Yankee al agradecer a todo su equipo y fanáticos por su carrera musical. En ese momento se le cortó la voz. “Muchas gracias por todo ese cariño mi gente, es recíproco”. La gente le respondió con gritos y aplausos. “Muchas gracias familia, no me hagan llorar aquí, que estamos en vivo. Si me ven por ahí me invitan una comidita que aquí es de otro nivel”, finalizó para dar paso a “Despacito”.
Rompe, Machucando, Lo que pasó pasó, Rumbatón y Ella me levantó y Llamada de Emergencia, fueron otros de los éxitos que también retumbaron el estadio.Este concierto es parte de la gira La Última Vuelta World Tour, con la que ‘el rey del reguetón’ le dice adiós a los escenarios.
Tiene programados 89 espectáculos como parte de esta gira que comenzó el 16 de julio de 2022 y se extenderá hasta el 8 de enero de 2023. El cantante, quien de niño soñaba en convertirse en beisbolista profesional, fue el rey del escenario y demostró toda la experiencia que ha acumulado en sus 32 años de carrera.
El show terminó con su mayor éxito La Gasolina y una explosión de juegos pirotécnicos.