Las pelucas de color turquesa, los cintillos de Bichota y el flow fueron los elementos que empaparon el Coliseo General Rumiñahui este jueves 02 de junio en Quito. La cantante colombiana Karol G ofreció uno de los dos conciertos planeados en Ecuador dentro de su tour Bichota.
El mal tiempo en la capital de los ecuatorianos no desanimó a las miles de personas que se dieron cita a este escenario. Por supuesto, las ventas también se hicieron presentes y dieron un ejemplo que la economía de a poco se está reactivando después de dos años de paralización por la covid-19.
De a poco, al momento de ingresar a los graderíos, el escenario se fue copando de fanáticos quienes sin importar su edad ya querían escuchar a la Bichota interpretando sus temas.
Sejodioto fue el tema inicial de la nacida en Medellín. Con un performance, en compañía de bailarinas y artistas mujeres, bajo la línea del género urbanos el escenario cercano a la Floresta retumbó.
Catarsis se vivió en cada localidad, donde de poco sirvió que existan asientos cuando las dos horas de show se las vivió de pie. Con la presencia de teléfonos celulares los fans de la exponente del reguetón captaron de principio a fin los tres tiempos del conciertos.
En cada pausa, Carolina aprovechó para cambiar de atuendo. Más allá del despliegue en escena y la calidad de sus canciones, la calidez ante su público dejó por detrás el frío la noche.
Mamiii, El Makinon, Bichota, 200 Copas, Location, Ay Dios Mío y Provenza sacaron más de un suspiro y dedicatoria. Pero el verdadero desenfreno fue cuando el tema La Tusa empezó.
Karol G, además de usar la bandera de Ecuador, un sombrero de paja toquilla y tomarse un shot, agradeció a sus fanáticos y destacó que la experiencia de estar en territorio ecuatoriano ha sido único. Recordó que su fama se debe a cada tema escuchado y mensaje de apoyo por parte de su afición.
Con una lluvia de papeles rosados el concierto llegó a su fin, donde los asistentes no dejaron de encender sus cámaras y captar este momento único; la Bichota demostró que el perdonar a un examor, construirse cada día y la humildad te pueden llevar al estrellato.
