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Lo que Kim Kardashian tuvo que hacer para entrar en el vestido de Marilyn Monroe

Kim Kardashian acaparó todas las miradas durante la Met Gala 2022 al lucir uno de los trajes más costosos y con valor histórico de Hollywood.

Kim Kardashian dejó a todos atónitos con su aparición en la Met Gala 2022 al llegar con un vestido usado por la mismísima Marilyn Monroe.

Se trata de una pieza en color nude con 2,500 cristales cosidos a mano, el cual lució Marilyn en 1962 para para cantarle el cumpleaños feliz al expresidente John F. Kennedy.

La temática de este año se tituló In America: An Anthology of American Fashion (En América: Una antología de la moda americana), con el los invitados emularon el gilded glamour, en referencia a la época de 1870 a 1900.

“La idea se me ocurrió después de la gala de septiembre del año pasado. Pensé: ‘¿qué habría hecho para el tema estadounidense si no hubiera ido de Balenciaga? ¿Qué es lo más estadounidense que se me ocurre?’ Pues Marilyn Monroe”, contó.

Los sacrificios de Kim Kardashian para lucir como Marilyn Monrroe

Aunque la diva lució despampanante, llevar el vestido de Monroe no fue nada fácil para ella y tuvo que hacer algunos sacrificios.

Rebajar 7 kilos

La Kardashian reveló que cuando se probó el vestido por primera vez no le quedó por lo que tuvo que someterse a una dieta y rutina estricta para lograr bajar de peso. En tan solo tres semanas perdió 16 libras (7 kilos).

“Me ponía un traje de sauna dos veces al día, corría en la cinta, me quité por completo el azúcar y los carbohidratos y solo comía verduras y proteínas sanas”, reveló.

14 horas de decoloración

Para parecer aún más a la icónica mujer de Hollywood acompañó su look con un cabello rubio platinado. Para esto se sometió a un proceso de decoloración de 14 horas.

Marilyn habría pagado por la prenda diseñada por Jean-Louis al menos $1.440 por la prenda a medida.

En 1999 fue vendida por más de un millón de dólares en Christie’s como parte de una venta de su patrimonio. Más tarde llegaría a manos de Julien’s Auctions (2016) por $4,8 millones y posteriormente fue adquirida por el museo Ripley’s Believe It Or Not.

Actualmente es el vestido más caro vendido en una subasta.

“Soy una gran aficionada a las subastas y tengo varias piezas de JFK, así que conozco al dueño de Julien’s. Él pudo ponerme en contacto [con Ripley’s] y así fue como empezó la negociación”, reveló a Vogue.

Al tratarse de una pieza tan costosa y con gran valor histórico fue traslada con máxima seguridad.

“El vestido viajó custodiado por guardias y tuve que ponerme guantes para probármelo”, agregó.

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