Una joven odontóloga de 35 años de nombre Adriana I. oriunda de la provincia de Santo Domingo puso una denuncia en contra de Henry P., un joven cuencano de 25 años que la habría estafado al puro estilo como “el estafador de Tinder”.
Diario El Mercurio reseña la historia de la mujer que indicó que el hombre se hacía conocer en Instagram con varios nombres, nacionalidades y profesiones. Además en su perfil de Facebook contó su historia donde expuso públicamente al joven y mostró los riesgos de conocer a nuevas personas por redes sociales.
El medio cita que la mujer conoció al cuencano el año pasado por la app de Instagram, pero éste se hacía llamar con un nombre falso, Guillermo Von Büllow. En su perfil, decía que era un arquitecto de Alemania e hijo de un acaudalado empresario de Argentina.
Adriana cuenta que luego de solo chatear, tuvieron la oportunidad de conocerse en enero de este 2022, fue ahí que entablaron una relación sentimental y se fueron a vivir juntos en la casa de ella. Tiempo después, la odontóloga tuvo que viajar a Brasil por 15 días por estudios y hasta le dejó su auto.
Cuando la mujer regresó continuaron su relación con normalidad, pero el pasado 9 de marzo, según Adriana, tuvieron una discusión y el hombre la habría agredido físicamente. Ella le pidió que se fuera de su casa en Santo Domingo de los Tsáchilas.
Pese a lo que sucedió, Adriana cuenta que ella lo volvió a buscar y fue ahí cuando se dio cuenta que todo ese tiempo fue engañada por Henry P. y que otras 12 mujeres también fueron víctimas del supuesto extranjero ya que ante las otras mujeres se presentó como: artista, productor, diseñador y cineasta, médico, abogado, asesor legislativo en Argentina, deportista y poeta; y con identidades como: Guillermo Rizo, David Crespo y Guillermo Krollet.
La odontóloga contó que Henry le había dicho que su familia era millonaria pero le habían retirado el apoyo financiero porque no estaban de acuerdo que esté con la chica.
Adriana descubrió que sus ex parejas le habían comprado ropa de marca, y también pagaron algunos consumos que el joven había hecho en locales como restaurantes, ya que tuvo el mismo discurso a las otras víctimas.
Este caso ha sido denunciado en la Fiscalía de Santo Domingo de los Tsáchilas como violencia intrafamiliar, y no como estafa, abuso de confianza y suplantación de identidad como se lo hace comúnmente.
