Pocas ciudades en el mundo conviven con la triste rutina de sufrir decenas de tiroteos y asaltos diarios, dignos de cualquier película de acción de Hollywood, como es el caso de Río de Janeiro: al menos 2.800 tiroteos desde enero, es decir, una media superior a los 15 diarios.
Para ayudar a la población a reducir riesgos, un grupo de ciudadanos, de forma voluntaria, creó en las redes sociales la aplicación «Onde tem tiroteio» (Dónde hay tiroteo), conocida como OTT, en la que informan, casi instantáneamente, de los puntos donde se desarrollan los enfrentamientos o se registran asaltos.
«La idea surgió en diciembre de 2015. Vi un reportaje sobre una víctima de bala perdida en una comunidad de Río y pensé: ¿por qué no crear una página, un medio de alertar a la población carioca de donde hay tiroteos?», explica en una entrevista con Efe Benito Quintanilha, un petrolero de 41 años que fue el creador del proyecto.
Al principio, Benito avisaba a sus amigos a través de Facebook para que compartieran las alertas pero, desbordado, pidió ayuda a dos amigos, Marcos Vinicius y Denis Colli, un físico y un programador de 36 años a quienes luego se unió Henrique Coelho Caamaño, de 50 años.
«Nos reunimos y creamos un padrón, tenemos una forma. Cada uno tiene una función. Yo y Henrique somos el operacional, recibimos los mensajes. Marcos Vinicius se ocupa de la parte administrativa y Denis es el TI, el soporte para cualquier problema que haya en las aplicaciones», comenta Benito.
Las alertas, que fueron ampliadas a otras redes sociales como Twitter, Instagram o Telegram, llegan hoy, durante las 24 horas, a unos tres millones de personas, casi la mitad de la población de Río de Janeiro.
«Hoy tenemos grupos propios de Whatsapp con más de 11.000 personas. Constantemente llegan mensajes» para denunciar tiroteos, asaltos o cualquier tipo de incidencias.
Para evitar falsas alarmas, el grupo tiene unas estrictas normas de funcionamiento y una red de ‘informantes’ de máxima confianza, divididos por áreas en toda la ciudad.
Marcos Vinicius admite que el nivel de violencia en Río de Janeiro apenas da tiempo para descansar de la aplicación: «Trabajas con la cabeza en otro lugar».
Henrique es el mejor ejemplo del «vicio» que crea administrar las alertas: duerme con el auricular que lleva puesto todo el día en el que recibe los audios que relatan problemas.
«No consigues dejarlo. Estás con la ansiedad de ayudar alguien, sabes que tu informe ayudará alguien. Sin que te des cuenta, ya se ha hecho de noche y sin que te des cuenta, ya ha amanecido. Es adictivo y es difícil conciliarlo con la familia o los amigos», admite a Efe.
La aplicación se ha convertido ya en un servicio público, «un servicio de los ciudadanos para el ciudadano», asegura orgulloso Benito, consciente de la dimensión que tomó la iniciativa.
«El carioca está carente de este tipo de informaciones, los medios normales no las dan, esta es la verdad», lamenta Henrique.
Marcos Vinicius recuerda con satisfacción el mensaje de unos padres agradecidos que les bautizaron como «ángeles de la guarda» porque uno de sus avisos evitó que sus hijos cayeran en medio de un fuego cruzado.
Para los creadores de OTT, la violencia de Río de Janeiro es fruto «de los malos políticos» del país.
«No es solamente en Río, es en todo Brasil. Es una policía mal pagada, mal estructurada, hay varias cuestiones sociales, falta de inversiones, falta de cultura, no existe el debate sobre las drogas…», lamenta Benito.
El grupo, que diariamente envía a través de las redes sociales un informe con las estadísticas de tiroteos y asaltos, avisa que las cifras que publican «son una centésima parte de la realidad, solo lanzamos lo que confirmamos». EFE