El primer restaurante integramente 3D, incluida la comida, se ha abierto al público en Shoretch, al este de Londres. El local ha imprimido sus sillas, los cubiertos y hasta la comida. Antony Dobrzenky, el cofundador del restaurante «Food Ink», describe que las impresoras 3D serán aplicadas a la comida y será «sólo la próxima parada natural de la evolución que es continua e imparable».