De acuerdo con Douglas Copp, cuando un edificio colapsa, los objetos en su interior son aplastados por el peso del techo que cae. Sin embargo, alrededor de cada uno de dichos objetos quedan espacios vacíos; estos espacios son los «triángulos de la vida», y son el sitio recomendable durante un terremoto para sobrevivir. Cuanto más macizo y grande sea un objeto, menos comprimido quedará luego de ser aplastado, de manera que será mayor el espacio que quede a su alrededor.