Los Juegos Olímpicos están llegando a su recta final. Atletas y aficionados del deporte tendrán que esperar tres años más para disfrutar de este tipo de competencia; el sentimiento de abandonar esta cita ya se ha hecho notar y las lágrimas son difíciles de contener.
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Rommel Pacheco, clavadista mexicano, protagonizó uno de los actos que dejará huella en Tokio. Más allá de su increíble apreciación, el azteca provocó que se rompa el protocolo debido a su sentimental reacción.
Pacheco falló su quinto clavado y esto lo alejó de la zona de podio. El atleta deseaba terminar su carrera olímpica, tras sus cuartos juegos, con una presea pero lamentablemente no pudo lograrlo.
El abanderado de México no pudo contener las lágrimas al escuchar los aplausos de todos los presentes en el Centro Acuático de Tokio y al encontrarse con Ma Jin, su entrenadora, su maestra, el llanto brotó al saber que lo ganó prácticamente todo en esta disciplina.
Los aplausos retumbaron en el escenario y demostraron que Rommel Pacheco se ganó el respeto de sus similares y aficionados. Él terminó en la posición 6 y se lleva un diploma olímpico.
Al final el oro y la plata fueron para Siyi Xie y Zongyuan Wang, respectivamente, ambos representantes de la República Popular de China. Mientras el bronce se lo llevó Jack Laugher de la Gran Bretaña, haciendo patente que en materia de clavados el país asiático ha tomado un dominio total y es prácticamente imposible vencerlos.
Este 03 de agosto quedará grabado en la memoria de los mexicanos y en los amantes de esta disciplina al ver el último clavado de Pacheco. No se podía retirar de mejor manera, al acariciar la gloria en Tokio con un puntaje que superó los 96 puntos de calificación.
