Chile, un país donde casi el 80 % de la población objetivo está completamente vacunada, ha experimentado en el último mes una drástica caída de casos y de ingresos en UCI por covid-19, un panorama que llevó a los expertos a preguntarse si el país ha alcanzado la anhelada inmunidad de rebaño.
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Después de una grave segunda ola que se extendió de marzo a julio y puso contra las cuerdas al sistema hospitalario, la pandemia se ha replegado hasta niveles no vistos desde abril de 2020 y el país recupera parcialmente la normalidad tras un largo período de duras restricciones.
«Tenemos una variación de casos nuevos a nivel nacional del -46 % con respecto a los últimos 14 días y cuatro regiones han registrado una positividad de 0 %«, celebró el ministro de Salud, Enrique Paris.
Las autoridades sanitarias anunciaron la cifra de contagios nuevos más baja en 15 meses, el pasado martes con 753 infectados -un número que dista mucho de los más de 9.000 casos diarios de la segunda ola-, al tiempo que informaron que la tasa de positividad nacional lleva 10 días por debajo del 3 %.
Esta mejoría se da en paralelo a una de las campañas de inmunización más exitosas del mundo: un 79,2 % de la población objetivo ha completado su vacunación, más del 86 % ha obtenido una inyección y 12 de las 16 regiones superan el umbral del 80 % de la población objetivo vacunada.
«INMUNIDAD FRENTE A HOSPITALIZACIONES»
El país, que en las últimas 24 horas sumó 828 casos y 25 muertes, ha tardado más de cinco meses desde que inició la inmunización masiva en estabilizar la pandemia, que deja más de 1,6 millones de casos y 35.175 decesos totales.
Esto se debe, entre otros factores, a que la vacuna que se administra de forma mayoritaria, la del laboratorio chino Sinovac, tiene una menor eficacia para evitar los contagios, según los expertos.
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Esta inyección, una de las seis aprobadas en el país, es útil para frenar la propagación del virus en un 65,3 %, frente al 95 % de efectividad de Pfizer/BioNTech y el 80 % de AstraZeneca, que también se aplican en el país pero en menor medida.
Nicolás Muena, virólogo de la Fundación Ciencia y Vida, explicó a Efe que Chile «ha alcanzado una suerte de inmunidad de rebaño que protege frente a hospitalizaciones, cuadros graves y muertes, aunque no asegura todavía que se frene la transmisibilidad«.
Uno de los factores de riesgo, aclaró el académico, es que todavía hay muchas personas susceptibles de contagiarse: más de 5 millones que están fuera de la población objetivo de la vacunación -los menores de 12 años-, además de los 2 a 3 millones de personas rezagadas, que pueden vacunarse pero no lo han hecho.
Se estudia una tercera dosis
También se debe tener en cuenta que la cantidad de anticuerpos decae con el tiempo, por lo que «se hará recomendable administrar una tercera dosis, tal y como está estudiando el Gobierno«, agregó Muena.
UN EQUILIBRIO AMENAZADO POR LAS VARIANTES
Para el doctor Flavio Salazar, vicerrector de Investigación de la Universidad de Chile, el país vive a día de hoy en un «estado de equilibrio» y ha desarrollado un nivel de protección «que le ha permitido bajar ostensiblemente los contagios».
Sin embargo, explicó el académico, el concepto de inmunidad de rebaño, que significa que el virus ya no se transmite, «no es blanco o negro, sino que se trata de un índice relativo y sometido a constantes fluctuaciones», especialmente con las nuevas variantes del virus, que «no permiten descartar futuros rebrotes».
«Este indicador no es conceptualmente realista, especialmente en un mundo totalmente globalizado donde solo un pequeño porcentaje de la población está vacunada», agregó Salazar, que dirige el Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia (IMII).
La incertidumbre gira ahora en torno a la variante delta, la de mayor contagiosidad según la OMS y de la que hasta el momento se han registrado una treintena de casos en el país, añadió por su parte a Efe el secretario general del Colegio Médico de Chile (Colmed), José Miguel Bernucci.
«A pesar de que hemos tenido excelentes números y que estamos viendo los efectos poblacionales de la vacuna, no podemos bajar la guardia porque podríamos perder todos los avances», concluyó.