Toshiro Muto, presidente del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de Tokio, no ha descartado que la competición pueda cancelarse a última hora como consecuencia de los positivos que se están confirmando. Uno de los últimos contagios que se ha reportado es de la gimnasta estadounidenses Kara Eakerun.
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Ya son 72 los casos confirmados hasta la fecha de voluntarios, trabajadores, entrenadores y deportistas. Dos futbolistas sudafricanos, Kamohelo Mahlatsi y Thabiso Monyane, fueron los primeros contagiados.
A la vez, 18 personas han sido identificadas como contactos cercanos a los respectivos afectados. De esta manera, se ha establecido que se cumpla con el respectivo protocolo: entrenar por separado, tomar un transporte exclusivo, comer en sus habitaciones y someterse a pruebas diarias del coronavirus.
“Es obvio que el sistema de burbuja está en cierto modo roto”, afirmó Kenji Shibuya, exdirector del Instituto de Salud de la Población del King’s College de Londres.
Descartan contagio a ciudadanos nipones
El presidente del Comité Olímpico Internacional ha destacado que el riesgo que los deportistas contagiados infecten a los residentes japoneses es cero. Mientras que Muto ha dicho que las condiciones son totalmente opuestas.
Escape de la villa
La policía nipona anunció que ha encontrado al atleta ugandés que desapareció el pasado viernes tras escapar del alojamiento donde se preparaba para los Juegos Olímpicos de Tokio, incumpliendo la normativa de aislamiento impuesta por los anfitriones.
Se trata del levantador de pesas Julius Ssekitoleko, quien dejó un mensaje donde manifestaba su deseo de permanecer en Japón y trabajar en este país para dejar atrás las dificultades en su nación de origen, según explicó la delegación ugandesa.
El deportista de 20 años fue hallado por la policía en la prefectura de Mie (centro de Japón), a donde se cree que viajó tras desplazarse en tren de alta velocidad desde Osaka (oeste), la región donde se había instalado el equipo ugandés para prepararse para los Juegos.