Cada vez crece la información que respalda que la covid-19 pudo haber escapado de un laboratorio en Wuhan, China. Peter Hotez y Scott Gottlieb, expertos en enfermedades de los Estados Unidos, indicaron que es necesario rastrear los orígenes para prevenir futuras amenazas pandémicas.
Según Gottlieb, China no ha proporcionado evidencia necesaria para refutar esta teoría. Mientras que la búsqueda de señales de que el virus surgió de la vida silvestre no ha dado resultados.
Hotez, por su parte, fue más directo al indicar que desconocer cómo empezó la pandemia pone al mundo en riesgo de futuros brotes. “Habrá COVID-26 y COVID-32 a menos que comprendamos completamente los orígenes de COVID-19.»
La teoría del escape del virus tomó nueva relevancia tras la postura del presidente Joe Biden para investigar el nacimiento del virus junto a varias de las agencias de inteligencia de los Estados Unidos. Además, esta idea se impulsó con el debate impulsado por The Wall Street Journal.
Se debería permitir a los científicos realizar una investigación a largo plazo en China y tomar muestras de sangre de humanos y animales, dijo Hotez. “Necesitamos un equipo de científicos, epidemiólogos, virólogos, ecologistas de murciélagos en la provincia de Hubei durante un período de seis meses y un año”.
Hasta la fecha, la única postura de China se enfoca en un intento de EE.UU. de «estigmatización, manipulación política y cambios de culpas”. Los contantes obstáculos del país asiático también han permitido que la lupa no se despegue de esta nación.
Respecto al informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los expertos involucrados no descubrieron por completo el origen del virus, pero calificó como improbable una fuga de un laboratorio.
«En lo que respecta a la OMS, todas las hipótesis siguen sobre la mesa”, dijo el director general Tedros Adhanom Ghebreyesus.
