Especialistas de Reino Unido han registrado tres casos de tipo ictus en adultos-jóvenes que recibieron la vacuna de Oxford-AstraZeneca (Vaxzevria). Estos coágulos en las arterias son la causas más común de accidentes cerebrovasculares.
El hallazgo, que es el primero de este tipo, fue publicado en el Journal of Neurology Neurosurgery & Psychiatry. Hasta la fecha, solo se habían notificado casos raros de coágulos sanguíneos que supuestamente afectaron a las venas del cerebro.
Además, los afectados por estos accidentes cerebrovasculares tenían un recuento bajo de plaquetas y anticuerpos contra el factor plaquetario 4.
Situación de los afectados
Los tres casos notificados por los autores, expertos del University College de Londres (UCL), tenían recuentos de plaquetas extremadamente bajos, anticuerpos anti-PF4 confirmados y dímero D elevado (relacionado con la coagulación).
Síntomas en los afectados
La primera paciente experimentó un dolor intermitente al lado derecho de la cabeza y en los ojos seis días después de recibir la vacuna. La mujer de 30 años, cinco días después de ser inoculada, despertó somnolienta y con debilidad en la cara, brazo y pierna.
La femina fue sometida a una cirugía cerebral y recibió medicación anticoagulante, pero lamentablemente falleció.
Por su parte, la segunda paciente – de la misma edad – presentó dolor de cabeza, confusión, debilidad en el brazo izquierdo y pérdida de visión en el lado izquierdo. Lo síntomas se hicieron presentes doce días después de ser vacunada.
Tras la extracción y sustitución de plasma se le administró fondaparinux y mejoró.
El tercer paciente, un hombre de unos 40 años, se presentó tres semanas después de recibir la vacuna con problemas para hablar y comprender el lenguaje (disfasia).
Este último recibió una transfusión de plaquetas y plasma, y fondaparinux; sigue estable.
David Werring, autor del estudio, indicó que los pacientes jóvenes que presenten ictus isquémico, después de recibir la vacuna, deben ser evaluados urgentemente con pruebas de laboratorio.
Aunque, Hugh Markus del Departamento de Neurociencias Clínicas de la Universidad de Cambridge, cree que estos efectos secundarios son raros y mucho menos frecuentes que la trombosis venosa cerebral y el ictus isquémico asociados a la infección por coronavirus.
