Una encuesta publicada por Cedatos revela que la Asamblea saliente tiene un 7,6% de credibilidad, incluso, en los peores días el índice ha bajado al 2%.
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No obstante, según el último informe del presidente saliente César Litardo, la credibilidad de la Asamblea es del 11%. Y durante sus dos años de gestión el organismo legislativo aprobó 74 leyes.
Pero, ¿por qué la imagen de la Asamblea ha estado en decadencia? Analistas políticos como el Dr. Gustavo Peralta, docente de la Universidad de Guayaquil, considera que los problemas de corrupción en los que se han visto involucrados varios asambleístas en los últimos años es causa de la falta de confianza de los ecuatorianos en los legisladores.
«Solo por citar un ejemplo: el caso de los carné de discapacidad falsos que involucran a algunos legisladores fue una raya a la reputación de la Asamblea, porque es imposible concibir la idea de que quienes nos representan sean personas deshonestas, que se aprovechen del poder que en ese momento tienen para beneficios propios», señala.
Otro de los casos que afectó la imagen de la Asamblea fue el caso de los ‘diezmos’, donde vieron involucrados varios legisladores que cobraban sueldos a sus asesores o colaboradores. En total, son 22 denuncias contra asambleístas las que siguen activas por el cobro de ‘diezmos’.
El reto es mejorar la imagen
«El problema de la Asamblea saliente es que el pueblo, aquellos hombres y mujeres que le dieron el voto, ya no le cree. Y cuando se pierde la credibilidad y la confianza solo es cuestión de tiempo para que la buena imagen caiga en picada», dice el Abg. Milton Vanegas, también asesor político.
Cuenta que el Legislativo enfrenta casos de investigación por «reparto de hospitales», «reparto de cargos públicos», hay asambleístas sentenciados a cárcel, entre otros.
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«Nuestro país lamentablemente lo arroparon con un sábana de corrupción. Cambiar ese criterio es difícil, pero no imposible. Ahora necesitamos una nueva Asamblea, de manos limpias, que genere confianza en el pueblo, que nos represente», dice Vanegas.
Y Peralta insiste en que debe cambiar la manera de legislar. «Es una cuestión de compromiso y no de entrar a legislar pensando en el beneficio propio. El reto que tiene ahora la Asamblea es mejorar su imagen y reputación. Hacer los respectivos cambios a tiempo y comunicar la verdad al pueblo», concreta.
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