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El ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín, justificó este martes su vacunación contra el COVID-19 al ser convocado por el Gobierno en enero, y que requiere «estar vivo» para desarrollar un trabajo dinámico y en múltiples lugares.
<strong>«El 22 de enero tuve una convocatoria para que acuda a Carondelet (sede presidencial) a la vacunación, mi respuesta fue que no podía asistir porque me encontraba en la zona fronteriza. Al día siguiente, el 23 de enero, vuelvo a tener una convocatoria, acudí a esa convocatoria del Ministerio de Salud Pública y fui vacunado».</strong>
Jarrín se pronunciaba así al ser interpelado sobre si había sido vacunado y en qué circunstancias, después de que la semana pasada su nombre figurara junto al de funcionarios y cargos próximos físicamente al presidente, Lenín Moreno, en una lista aireada por un medio digital de supuestas vacunaciones «vip».
El titular de Defensa reiteró su posición emitida el año pasado ante la Asamblea Nacional (Parlamento) acerca de que para desempeñar sus funciones se requiere de dirigentes «vivos, dinámicos y de gran acción» a fin de poder trasladarse a múltiples lugares.
<strong>«Muchísimas más actividades he cumplido -abundó-, solo para citar un ejemplo: Cinco veces estuve en Guayaquil, estuve con la alcaldesa, estuve en el lanzamiento de la política antártica, estuve visitando las unidades militares».</strong>
Jarrín argumentó que «esa gran dinámica en seguridad de las fronteras en todo el país requiere líderes activos, dinámicos que asistan a los diferentes lugares. Y para eso se necesita estar vivo y no pasar por todos esos lugares contagiando a la gente».
El ministro, general retirado del Ejército, echó mano de su desempeño en la última guerra protagonizada por Ecuador contra su vecino Perú para expresar su compromiso en el desempeño de sus funciones y justificar el haberse vacunado.
«En 1995 era el director de la Academia de Guerra del Ejército, cuando comenzó la guerra de Cenepa. Como director, me puse a la cabeza de profesores y alumnos y nos fuimos a la guerra, así es como se afronta y se maneja el temor, pero sobretodo el afán del servicio y cumplimiento por la patria», arguyó Jarrín con tono serio.
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El Gobierno ecuatoriano reconoció el viernes que una decena de funcionarios del entorno más próximo al presidente Moreno fueron vacunados contra la covid-19 al inicio de la campaña en enero, dentro de los esfuerzos para proteger al mandatario de posibles contagios.
Entre los vacunados se encuentran asistentes de la silla de ruedas del presidente, militares jefes de seguridad, la asistente, enfermera y responsables del manejo y servicio de la residencia presidencial.
La vacunación de «privilegiados» lleva semanas agitando a la opinión pública, que exige saber los nombres de todos aquellos que por amiguismo e influencia tuvieron acceso al plan de vacunación antes de lo que les correspondía, cuando para el resto de la población avanza de manera extremadamente lenta.
Moreno designó el viernes a Marco Antonio Falconí, médico especialista en cirugía, como su quinto ministro de Salud Pública, tras la renuncia de Rodolfo Farfán en coincidencia con la publicación de la polémica lista de privilegiados vacunados.
Con información de EFE
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